Muy de madrugada sobre las calles de Corregidora avanzó sus pasos con una carpeta gruesa de argollas abrazada al pecho.

Con cubrebocas se acercó respetuoso con los soldados que lo observaban desde una de las puertas de Palacio Nacional, por donde entran quienes tienen agendada reunión con el presidente de la República o su círculo cercano.

Vengo a ver al señor presidente, dijo al llegar, desde el otro lado de la valla que hace las veces de primer filtro de entrada a la sede del poder Ejecutivo Federal. Soy Silvano Aureoles, gobernador de Michoacán, y todas las alarmas mañaneras se dispararon.

Ya para entonces, como todos los días, el presidente y su gabinete de seguridad desarrollaban sin sobresaltos la Mesa para la Paz. Hasta ella llegó la noticia.

Apenas hace unos días el presidente departía el Palacio con los gobernadores electos del corral de Morena los tamales de chipilín acostumbrados para ocasiones especiales, y ayer recibió en audiencia a Javier Corral, gobernador de Chihuahua, y a Enrique Alfaro, de Jalisco. Todos ellos, al salir, se declararon satisfechos y encomiaron el trato presidencial.

Aureoles, junto con Corral y Alfaro, entre otros, forma parte de la Alianza Federalista, cuyos integrantes han venido solicitando, en conjunto y por separado ser recibidos por el presidente López Obrador. Solo Corral y Alfaro han logrado, hasta esta mañana, el cometido.

Pero Aureoles llegó alegando que el propio presidente le había cursado pública invitación: “El presidente López Obrador me pidió pruebas sobre la vinculación de Morena con el crimen organizado y su intervención en la elección. Hoy le solicito audiencia para mostrarle toda la información que tengo personalmente ya que es un tema delicado y peligroso para la nación”, dijo al soldado que lo atendía a las puertas de Palacio y publicó en su twitter.

El presidente @lopezobrador_ me pidió pruebas sobre la vinculación de Morena con el crimen organizado y su intervención en la elección. Hoy le solicito audiencia para mostrarle toda la información que tengo personalmente ya que es un tema muy delicado y peligroso para la nación. pic.twitter.com/aksoVFs5yu

— Silvano Aureoles (@Silvano_A) June 29, 2021

Pero no era la primera vez que madruga el gobernador de Michoacán, el 23 de junio llegó muy de mañana a Radio Fórmula al noticiero de Ciro Gómez Leyva para declarar a micrófonos que tenía pruebas de la intervención del crimen organizado en las elecciones en Michoacán y en favor de Morena y que urgía al presidente lo recibiera.

Tras de ello el primer mandatario le mandó decir por interpósita mañanera que si Silvano tenía pruebas que las presentará, y atento a ello, hoy tocó clareando las puertas de Palacio.

La antesala se montó ex profeso sobre las calles de corregidora, donde sobre un banquito de color verde sentaron al gobernador sobre la banqueta.

Y ahí seguirá, porque desde la mañanera el presidente le mandó decir que no lo recibirá, que para eso están el INE y el Tribunal Electoral.

Además, pudo haberle recordado que en la jornada electoral los señores del crimen organizado se portaron muy bien, no así los del cuello blanco junto con las clases medias.

Lo que quisiéramos ver, sin embargo, es el contenido de la carpeta gruesa de argollas que abraza a su pecho Silvano Aureoles, gobernador de Michoacán.



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