La semifinal de vuelta de la Champions League que más atraía a los aficionados se jugó este miércoles entre el Real Madrid y Manchester City. Por 88 minutos parecía que el encuentro había decepcionado a todos los televidentes, hasta que los españoles sacaron la mística que envuelve a su escudo y se repusieron a un golpe de que les gritaran la tercera caída.

Parece que ningún club que enfrentó a los Merengues aprendió la lección: a los madridistas no solo se les causa herida de muerte, se les tiene que liquidar porque mientras se puedan levantar, harán todo lo posible por acabarte. Una vez más sucedió así.

El club inglés llegó al Estadio Santiago Bernabéu con la ventaja de un gol al haber ganado la ida 4-3. Durante los primeros 45 minutos parecía que tenían controladas las acciones y ya se veían con botín y medio dentro de la final, que habría sido su segunda consecutiva, ya que perdieron la pasada edición frente al Chelsea.

Para la segunda mitad, nada cambió mucho. Incluso los "citizens" aprovecharon cómo evolucionaba el partido para anotar un gol que parecía lapidario por parte de Riyad Mahrez al minuto 73. No sabían lo que les esperaba.

Aunque pudieron anotar una vez más, la suerte estuvo con los de blanco y no desaprovecharían la ayuda. Al minuto 90, Rodrygo clavó el primero para los madridistas, que significó el envión anímico que necesitaban para resurgir de entre las cenizas y acabar con su rival.

"Caballo que alcanza, gana", dicen por ahí y una vez más Rodrygo anotó tan solo unos segundos más tarde para enviar el partido a tiempos extras con el marcador empatado a 5 goles. La piedra que terminó por sepultar a los ingleses cayó vía Karim Benzema, no podía ser nadie más que "el gato" el que diera el golpe final a través de un penal al 95.

Con esto, se llevará a cabo una nueva edición de la final que se diputó en 2018 entre Real Madrid y Liverpool. Aquella ocasión, los españoles alzaron el orejona tras ganar 3-1.

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