Salir del caos

lfmopinion.com

Por: Guillermo Dellamary

• 05/10/2023

Dicen que entre más disfuncional es un gobierno, es porque refleja lo que también pasa en nuestra sociedad. Por eso se ha afirmado que cada pueblo tiene el gobierno que se merece.

Puede parecer pesimista dejarlo así, si no es que nos ponemos a buscar la manera de cambiar esa situación que acontece.

Precisamente una de las primeras condiciones de la salud mental es dejar de estarnos lamentando y quejando de las cosas y ponernos a trabajar por lograr cambios más positivos. De nada sirve echar culpas a diestra y siniestra, o buscar la causa en nuestro lamentable pasado, sino en cambiar nuestra manera de pensar y lanzarnos a vivir en un pensamiento más positivo y alentador.

Ciertamente la disyuntiva de vivir polarizados, acusándonos de cuantas barbaridades se nos ocurran y buscar los defectos y la paja en el ojo ajeno, han sido un caótico sistema de hacer política.

Entre más negativos nos hemos puesto, más atraemos la violencia, la irritabilidad, el enojo, el rencor, los deseos de venganza y así caemos en un terrible mundo del odio y el resentimiento.

Necesitamos cambiar nuestro sistema de pensamiento a uno que eleve mucho más nuestros estados mentales y seamos capaces de promover un bienestar desde la inteligencia emocional, a restablecer la armonía social con pensamientos más positivos y promover unos valores mucho más constructivos y dejarnos de arrastrar por el mal humor y el pesimismo.

Tenemos errores y fallas, eso es indiscutible, pero también tenemos muchos aciertos y el encanto de un país maravilloso.

Es una oportunidad de tomar consciencia de lo mucho que podemos hacer por cambiar nuestro sistema de pensamiento y tratar de influir en nuestro caótico sistema político.

Vamónos enfocando en lo bueno que tenemos, en la gran solidaridad que poseemos ante las crisis y las catástrofes. Porque así somos los mexicanos, y ahora estamos cayendo en una crisis de violencia y de desatino electoral que nos regala la oportunidad de modificar nuestro enfoque a ver con mayor valor la reconciliación, la unidad, el trabajo conjunto y la amistad como un valor que nos conduzca a rehabilitar y sanar las heridas que tenemos.

Cambiar nuestra consciencia y elevar nuestra actitud a mejores niveles de trato, para empezar con todos aquellos que piensan distinto a mí.

Ya dejemos de caer en la probocación de estar dividiéndonos y enfrentándonos. Queremos un México más unido y sin fracturas. Cancelemos de golpe la tentación de hablar mal de los demás a estar criticando y pisoteando la dignidad de los adversarios.

México es uno y la fuerza reunida en nuestras voluntades nos permite crear el México que anhelamos.

Siempre hay versiones pesimistas, realistas, apegadas a los hechos, pero es más grande nuestra visión del futuro que queremos reconstruir, de la posibilidad de crear nuevos senderos de mayor gloria para México. No quedarnos con mucha de la basura que nos han dejado los pusilánimes gobiernos que hemos elegido.

Sobre las cenizas del caos provocado por la demagogia oficial, por la verborrea parapetada en una quimera palaciega de abrazos, afectos y lisonja a los pobres, hemos llegado al punto de dispararnos al pie y atormentarnos con el látigo de la baja autoestima, motivada por la soberbia narcisista de un charlatán que nos ha venido a vender, una vez mas, promesas que no se podrán cumplir. Sobre esas cenizas que nos dejan los hipnotizados, los subyugados por el hechizo de las supercherías de las falsas danzas y el engañoso montaje del teatro de un aparente buen gobierno. Sobre ellas, hemos de edificar un México más fuerte, más consciente, más dueño de su propio destino, y arrebatarle el poder a los engañadores profesionales y restregarles en su cara que el poder de México, sólo está en los mexicanos, no en manos de ningún caudillo con la aspiración de ocupar una página de la historia como un salvador.

A levantarnos una vez más del tropiezo que vivimos, a confiar en nuestras fuerzas ancestrales para elevar nuestro orgullo mexicano y a volver a intentar peregrinar una nueva ruta.

Creer en nosotros mismos con la sabiduría de nuestro pueblo y sacudirnos a las sanguijuelas, a los parásitos, a los vampiros, a las garrapatas de nuestro dignidad.

Tenemos el poder de rechazar, de refutar, de sanar nuestras heridas y de comenzar de nuevo con más brío y fortaleza.

No más caos, no mas apatía ni brazos cruzados.

Despierta México, que don Goyo nos contempla con el ánimo de arrojar de nuevo el magma de la gloria de un gran país.


Publicado en LFMOpinión.

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