Gerardo Conde
Entrelazando
Colaborador

El pasado martes 13 de junio —ni te cases ni te embarques— la presidenta del Consejo General del INE y demás consejeros electorales se casaron con el inquilino de Palacio, al aceptar sus peroratas tan conocidas en sus mañaneras y puntualizar que con llegada de la nueva presidenta al órgano electoral, ahora sí, responden a la democracia y al pueblo, dando lugar a una relación de mutuo “respeto”.

Pero este matrimonio entre el tabasqueño y el INE tiene una historia muy común entre los morenistas, cambian de piel en un instante, si ayer eran güeros hoy son guindas.

Sin ningún decoro imitan la moda política.

Acatar la austeridad republicana en dos líneas: bajarse el sueldo y comer sus alimentos en el comedor del instituto, para mostrar su devoción a la filosofía franciscana.

Dejando en un segundo plano la vida institucional del INE, ya que hasta el momento los órganos directivos del Instituto continúan acéfalos, frente a un proceso electoral del 2024 en puerta.

Con esa actitud de displicencia a la presidenta le parece un tema menor asistir a un encuentro con el inquilino de Palacio en su propia residencia para dialogar temas comunes: los comicios del 2024.

La pregunta es obvia, quién se benefició.

Por los hechos consumados, el tabasqueño impuso su voluntad con relación al proceso de selección y elección de la corcholata de morena, al señalar que era un asunto de partido y quedó en el ambiente sin decirlo su frase: no me salgan con que la ley es la ley.

Este hecho arrinconó a los consejeros electorales a aceptar lo inaceptable para no contrariar al inquilino de Palacio; en otras palabras, ser el changuito del proceso electoral que: No Escucha, No Habla y No Ve, a fin de que el tabasqueño no se enoje con el Instituto.

La foto institucional da cuenta de ello, mostrar familiaridad y que irán de la mano en la ruta del 24, donde las palabras ríspidez y conflicto, serán borradas de su vocabulario, al ser innecesarias.

En este Acuerdo de valores entendidos:

El inquilino de Palacio, asumirá el papel de “Soy Paquito: Prometo portarme bien”.

El INE hará la función de “Patiño” para justificar su responsabilidad legal, ante la extrañeza de los partidos, de la sociedad civil y de los comunicadores del círculo rojo.

Ante lo obvio, la elección del candidato presidencial de morena encubierta con el nombramiento de Coordinador Nacional de la 4t, es una ofensa a la inteligencia, ya que las corcholatas presentan slogans, invaden el espacio público con sus imágenes y sus seguidores les gritan: “presidente (a) escenificando con ello un ambiente de campaña electoral, y todavía se atreven a negarlo, cuando su conducta pública es de un Pato: porque graznan y caminan como tal.

Sin embargo, en la óptica del INE, frente a lo innegable, lo más que emprende ante la evidencia son medidas “cautelares”, a través de la Comisión de Quejas del Instituto, para vigilar que los morenistas en su proceso interno no trasgredan la ley electoral.

Esta llamada a misa, viste al INE con un ropaje de mansedumbre en perjuicio de su propia historia y de la democracia electoral, frente al cinismo del inquilino de Palacio.

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Publicado en LFMOpinión.

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