Revanchista
El domingo 4 de junio se verá hasta dónde la jugada del revanchismo de última hora del inquilino de Palacio le da los dividendos electorales planeados en su pragmatismo.
lfmopinion.com
p style="font-style: italic;text-align: right">Gerardo Conde
Entrelazando
A una semana de las elecciones de Gobernador en Coahuila y el Estado de México, el inquilino de Palacio cambia su lógica de poder ante los reveses que le ha propinado la Suprema Corte en materia electoral y asume una actitud revanchista ante los comicios del 4 de junio; es decir, ya no quiere jugar a la democracia en Coahuila, ni tampoco apostar a la marca morena en el Estado de México; ahora, su postura es realizar una elección de estado sin el más mínimo pudor.
Vayamos por partes.
En un inicio en Coahuila AMLO quiso mostrarse como un “demócrata” y propició un escenario de juego abierto entre los partidos participantes, a tal grado que les dio manga ancha al partido Verde y al PT de abanderar sus propios candidatos para proyectar una imagen de competencia electoral en una entidad dominada por el PRI.
Ello para medir qué tan factible es el modelo pluripartidista teniendo como base un partido hegemónico y como será la elección presidencial del 2024 sin que se corra el riesgo de perder.
Pero ante la caída de Imagen del candidato de Morena el habitante de Palacio no quiere hacer el ridículo frente a sus adversarios y mostrar más debilidades que fortalezas en su esquema electoral.
Ahora deja que su pragmatismo lo conduzca y mueve sus fichas a su conveniencia.
Primero, lanza al ruedo electoral al Senador Manuel Velazco y “dueño” del Verde para anunciar la declinación de su abanderado en favor del candidato de Morena para medir reacciones.
Segundo, convoca en Palacio Nacional a los gobernadores morenistas, así como a la Secretaria de Bienestar, para leerles la cartilla y anunciarles la necesidad de “cerrar filas en las elecciones de Coahuila y del Estado de México y a no tolerar traiciones contra el partido y el gobierno”.
Tercero, el propio AMLO se convierte en el candidato oficial de Coahuila y del Estado de México y aprovecha el foro de la mañanera para convocar al pueblo sabio y a sus seguidores bajo la arenga:
“Ya sabes por quién votar, para correr a los corruptos”.
Cuarto, los gobernadores y la titular de Bienestar harán sus propios enjuagues para que su trabajo se refleje en las urnas el día de la elección, y;
Quinto, el dirigente de morena, Mario Delgado, operará el decretazo de “unidad” con el partido Verde y con el PT, convenciendo a sus dueños de las ventajas de ir juntos en la elección de Gobernador.
En este juego de perversidad electoral ya le llegaron al precio al Senador Velazco, al ofrecerle cinco minutos de fama, vía el dirigente de morena, de ser una corcholata más para el 2024.
En los próximos días se verá el premio a favor de Alberto Anaya para seguir en la ubre de la 4t.
La apuesta de AMLO es muy alta, considerando que la elección de Gobernador está a una semana y que el pueblo sabio se pondrá a prueba su docilidad electoral por acatar la orden de su líder.
En el caso de la elección del Estado de México la apuesta de la marca morena no ha sido suficiente para sostener la figura de la maestra Delfina Gómez como la opción de cambio en la percepción de los mexiquenses.
Ante una Imagen gris de la candidata de morena, el inquilino de Palacio tiene que mover sus piezas para sostenerla ante una adversaria que ha llenado y enamorado a los electores a pesar de una campaña propagandística de una derrota anticipada.
Ante ese escenario electoral de triunfo electoral de la candidata aliancista, el tabasqueño ha operado las siguientes acciones en pro de su abanderada:
Primero, hacerle creer a la ciudadanía, vía las encuestas, que la elección está consumada a favor de la maestra Delfina Gómez y que es ocioso salir a votar.
Segundo, la presencia de los gobernadores de Campeche, CDMX y Veracruz en territorio mexiquense es para operar lo necesario para garantizar su triunfo.
Tercero, utilizar a Movimiento Ciudadano para desprestigiar al PRI y a su candidata, bajo la leyenda: “Ni a la esquina con el PRI”.
Cuarto, asegurar que los suyos –léase presidentes municipales- hagan su chamba electoral, y;
Quinto, que los afiliados a los programas sociales de Bienestar se reflejen en las urnas el día de la elección.
Finalmente la realidad política le ha recordado al inquilino de Palacio que no es sinónimo popularidad y triunfo electoral con candidatos triviales y abandonados a su suerte.
Requieren de una elección de Estado, de una complicidad burda de un dirigente partidista –léase Alejandro Moreno- así como de sus partidos satélites, para garantizar el triunfo de sus candidatos.
El domingo 4 de junio se verá hasta dónde la jugada del revanchismo de última hora del inquilino de Palacio le da los dividendos electorales planeados en su pragmatismo; o, en su caso, observaremos un electorado que se impone por encima de la ley del tabasqueño, dejándolo como la muñeca fea en el rincón de su oficina llorando su derrota electoral.
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