Panóptico


La crítica

Nuestra crítica política deja mucho qué desear.

#TheBunkerNoticias | La crítica
Por: Arturo Martinez Caceres
  • 08/12/2021

Lo que pensamos, sentimos y la forma como lo expresamos está relacionado con nuestra educación y cultura. Con nuestra ideología, propósitos, logros, éxitos, fracasos, identidad y trascendencia.

La crítica que hacemos a los demás, por diferentes circunstancias sociales, muestra cómo somos. De que madera estamos hechos y cómo nos amamantaron. Dibuja frustraciones y carencias.

La forma en que expresamos nuestras inconformidades o desavenencias personales ante ciertas conductas o personas, es también lo que nos define ante nosotros mismos y los demás.

Todo podemos decir y hacer dentro de la Ley y la ética. ¡Qué bien que así sea! Siempre protegidos por la libertad de expresión establecida en todas las constituciones del mundo civilizado e idealmente en las normas de conducta civilizatorias.

Naturalmente no es lo mismo agarrarnos a golpes y balazos con nuestros vecinos, o a mentadas e insultos en las cámaras (de diputados y senadores), a escuchar y dialogar hasta llegar a acuerdos de posible beneficio mutuo

No es lo mismo denostar por sistema y de mala leche en los medios de comunicación y usar su cobertura para tratar de minar la respetabilidad y certidumbre de nuestros rivales políticos que informar con objetividad y veracidad.

No es lo mismo anteponer fines crematísticos y poco éticos a la verdad. Especialmente en el entorno de la manipulación informativa que tanto daño ha hecho a México.

Se sabe que el griego Temístocles, en la cuna de la democracia, contestó una agresión física de un general insolente sobre la estrategia propuesta en la guerra contra los persas con su histórico: “Pega, pero escucha”. Y ganó la batalla.

Se sabe también que la forma es fondo, como dicen que dijo el exsecretario Jesús Reyes Heroles, promotor, en su tiempo, de una moderna reforma política.

Todo se puede decir y tenemos derecho a ello. Sin embargo, es diferente el popularizado vulgarismo del “no mames” al pretérito artilugio de “no manches”, “no jodas”, “no muelas”. Entre amigos, conocidos o entre políticos rivales opositores, no se diga entre mujeres o damas, aunque en desuso, véase si no a varias panvoxistas diputadas y algunas morenistas.

Las anteriores distinciones son importantes en la diplomacia, los negocios, el gobierno, los amigos, la familia y entre nosotros mismos. Aunque, es cierto que sabe muy a gusto un oportuno: ¡váyanse al carajo!, muy bien aplicado.

Es sobre todo relevante cuando se refiere a la mayoría de los medios de comunicación existentes en nuestro país.

Se debiera de considerar que los aplausos están cargados mayoritariamente hacia un lado. Su función no debiera de ser tratar de convencer, sino informar. ¿Vieron el Zócalo repleto y los niveles actuales de aprobación entre 60 y 70 por ciento?

Sin embargo, muchos analistas críticos, consentidos de los medios de comunicación, arropados en su pasado y, a veces, con credenciales pseudoacadémicas cuestionables, antes acostumbrados a recibir prebendas y dinero por opinar apoyando al régimen de moda, hoy se han convertido en gurús opositores por definición y han enseñado, muchos de ellos, su infame conversión de aplaudidores profesionales a receptáculos y difusores de leche pútrida y basura escatológica

La tele, la radio, la mayoría de los periódicos y revistas, las redes sociales e incluso también entre periodistas asistentes a las mañaneras están en papel de críticos desbocados, muchos de estos eunucos informativos que gozan promoviendo mentiras, escándalos contra ya saben quien sin prueba alguna o con expedientes falsos. Insisto, con la escuela de las ‘fake news’ de la administración Trump.

En la Gran Bretaña y los EUA, por ejemplo, se combate este estilo de periodismo rapiña, con una legislación moderna que protege a los ciudadanos y gobernantes de abusos y desprestigios, aunque nunca se está del todo a salvo.

También lucran ahí los periódicos y otras publicaciones amarillistas y de nota roja, porque son considerados incluso de utilidad social, a pesar de que existe una legislación moderna que impone fuertes multas y cárcel a los transgresores de la ética periodística y a los promotores de la difamación.

Por ejemplo, donde por Ley se prohíbe insultar a la reina sobre tierra inglesa y, como la libertad se supone sagrada, aunque Oscar Wilde pudiera opinar lo contrario, se alquilan por unos cuantos ‘schillings’ taburetes para no pisar suelo inglés en Speakers Corner en Hyde Park, y desde ahí, cualquiera puede gritar de su ronco pecho contra la monarquía o contra el Manchester United.

Entre los críticos de la 4T veo a hábiles reporteros y a deleznables cochuperos de mala leche, de mentiras y negocios. Veo pseudoacadémicos estudiosos de tapas de libros, conservadores y antediluvianos, promotores de negocios privados con recursos públicos, aplaudidores de la corrupción y las diferencias sociales.

Y veo alrededor a los mismos gurús de siempre, manipuladores de información, que añoran los tiempos monopólicos de la desinformación de los soldados de la revolución y a los economistas neoliberales itamitas que destrozaron la Hacienda pública para su beneficio y de sus amos del imperio, mientras millones de mexicanos en la pobreza, esperan que otras promesas se hagan realidad.

Por fortuna, la presente administración morenista ha ayudado con programas sociales de bienestar, alzas en salarios mínimos, inversión pública directa en comunidades, educación para todos, mejora de hospitales y servicios médicos, manejó gratuito de vacunas en la pandemia y estrategia inclusiva de vacunación, ventiladores y médicos, apoyo al campo con fertilizantes y enseres, mínima alza de precios en gasolinas y electricidad, nula deuda externa, devoluciones y compensaciones de impuestos legales y el cobro obligatorio de impuestos correspondientes a causantes mayores… aunque algunas adoradoras del vellocino de oro griten estulticias contra el famoso pejePresidente y otros disque académicos critiquen con puras generalizaciones o se ceben en los chocolates Rocío como si fueran lo mismo que La Casa Blanca, la Estafa Maestra, Odebrecht o la planta de Nitrogenados, la Estela de Luz, los contratos de mantenimiento de carreteras, la construcción de prisiones y su propiedad a perpetuidad, la venta de los ferrocarriles, la construcción de una barda perimetral en lugar de la refinería, la asignación por amistad y comisión de la propiedad de los bancos y aerolíneas, la destrucción de Pemex y de la CFE, los contratos a Iberdrola y demás.

En síntesis, hay críticos que en verdad dan pena, debieran de meter la cabeza en el excusado como terapia diaria de redención.

Sin embargo, es cierto: al tercer año de gobierno falta mucho por hacer, el gabinete en general no trabaja al mismo ritmo, hay que combatir en serio la violencia, reducir la pobreza y la inflación, hay que aumentar el empleo, la producción y la productividad. Hay que mejorar la distribución del ingreso y el reparto de la riqueza y mejorar la calidad de la educación.

A mi parecer, vendría muy bien que el Fiscal autónomo se jubilara, sus resultados han sido muy pobres, parece ser una rémora del pasado enquistado en el nuevo mundo.

También es urgente confirmar la práctica utilidad del aeropuerto Felipe Ángeles que cada vez levanta más interrogantes entre expertos. Hay que corregir, en su caso, lo necesario.

Tal vez conectar ambos aeropuertos con un tren rápido y asegurar su perfecta sincronización aérea.

Un último, a algunos opositores no les gustó la concentración-celebración-festejo del miércoles anterior en el Zócalo repleto con alrededor de 250 mil.

En gustos se rompen géneros, dicen que antes sí había orden, objetivo colectivo, propósito, identidad. ¿Qué canal de la tele verían? ¿En qué capítulo y de qué serie de Netflix se durmieron?

Ese día fue una jornada muy exitosa para el famoso pejePresidente y su administración… Y de más lloriqueos para la oposición.

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