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Inquietud en las Fuerzas Armadas

El arreglo constitucional de la Guardia Nacional no es garantía suficiente para los altos mandos de las Fuerzas Armadas y tiene fecha de caducidad. Posibles razones de una reforma.

#TheBunkerNoticias | Inquietud en las Fuerzas Armadas
Por: Redacción
  • 11/06/2021

“Voy por tres últimas reformas”, informó ayer el presidente López Obrador a los grandes empresarios con los que se reunió a días de las elecciones del pasado domingo.

Grandes, en el sentido de su alcance constitucional, es decir, de la necesidad de una mayoría calificada de tres cuartas partes en ambas cámaras del Congreso de la Unión y de, al menos, 17 congresos locales (Constituyente Permanente).

Una de ellas es para que la Guardia Nacional (GN) se escinda de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana (SSPC) y pase a integrarse a la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena).

Apenas el 11 de mayo del 2020 se publicaba en el Diario Oficial de la Federación el decreto por el que se instruye a las Fuerzas Armadas (Ejército y Marina) a "participar de manera extraordinaria, regulada, fiscalizada, subordinada y complementaria con la Guardia Nacional en las funciones de seguridad pública” a su cargo, en tanto que ésta desarrolla su estructura, capacidades e implantación territorial, "sin que dicha participación exceda de cinco años”, o sea, marzo de 2024.

La creación de la Guardia Nacional se dio bajo la condicionante de no militarizar la seguridad pública, no obstante ello, el 9 de octubre siguiente al decreto, según información de Aristegui Noticias, el portal Campo Marte reveló que a partir del 6 de ese mes, la Guardia Nacional había quedado bajo la coordinación operativa de la Sedena en 12 regiones militares.

Alejandro Hope, experto en seguridad nacional, quien trabajó en el otrora Centro de Investigación y Seguridad Nacional
(CISEN) en el sexenio de Calderón, subió en su Twitter copia del oficio del general Luis Cresencio Sandoval al secretario de la Marina, almirante José Rafael Ojeda Durán, en que se lee:
“En relación con la instrucción del C. Presidente de los Estados Unidos Mexicanos y Comandante Supremo de las Fuerzas Armadas, en el sentido de que la Secretaría de la Defensa Nacional ejerza control operativo de la Guardia Nacional, adjunto a la presente, remito a usted un cuadernillo que contiene la presentación que se expuso al titular del Ejecutivo Federal el pasado 6 de octubre de 2020 en el seno de la reunión del Gabinete de Seguridad. En dicha sesión el Presidente de la República autorizó la totalidad de las propuestas para el control operativo de la Guardia Nacional, incluidas en dicho cuadernillo”.

Para efectos prácticos, la SSPC está desde entonces bajo el mando de la Sedena y con funciones marginales.

Ahora, el propio presidente anuncia que va por una reforma constitucional que permita formal y legalmente a la Sedena absorber a la Guardia Nacional.

Para Alejandro Hope, arriba citado, este arreglo institucional les resulta a los altos mandos militares demasiado frágil, que exigen fortalecer sus garantías por participar en tareas de seguridad pública antes de que los vientos políticos cambien las circunstancias actuales.

Según este experto, la Guardia Nacional es objeto de una gran simulación, habida cuenta que no se encuentra bajo el mando de la SSPC, sino, en los hechos, bajo el de las Fuerzas Armadas.

Al parecer de Hope, los mandos militares no quisieran verse en la disyuntiva de tener que escoger entre las Fuerzas Armadas y la GN. El conflicto radica en la interpretación legal de los alcances del requisito para todo militar de "estar funcionalmente separado de su institución armada de origen ” para pertenecer a la GN.

Y más aún, si el expediente de un "oficio de comisión" reúne los extremos legales de la "separación funcional” de la institución de origen, al mantener los elementos militares comisionados a la GN su plaza y sueldo en la Sedena y en la Secretaría de Marina (Semar).

El problema de fondo, pondera Hope, es que, de cambiar ese arreglo de “separación funcional” a otro, por ejemplo "licencia definitiva” o "baja”, implicaría para ambas secretarias de estado pérdidas significativas en recursos humanos y presupuestarios.

El otro problema, es el término fatal de marzo de 2024 para que concluya el apoyo de las Fuerzas Militares a tareas de propias de la seguridad pública.

Otro problema que será materia de discusión y de técnica legislativa es que la propuesta, hasta donde ahora se conoce, busca integrar a la GN en Sedena pero, ¿qué pasa con los marinos comisionados por Semar a la GN? ¿Se traspasan a Sedena, tendrán dos mandos, saldrán de la GN y regresaran a su institución de origen?


Con información de Aristegui Noticias, Alejandro Hope y El Universal.

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