Espiral


Entre apáticos y abstencionistas

Ya no se confía en las instituciones y se ha perdido la creencia en que la gente pueda hacer un cambio efectivo y realmente influir en los procesos políticos.

#TheBunkerNoticias | Entre apáticos y abstencionistas
Por: Guillermo Dellamary
  • 25/09/2023

Las incipientes democracias tienen su gran reto en motivar y estimular la participación de todos los que han perdido el interés y las ganas de involucrarse en la tarea electoral.

Como en muchos países, la tendencia del ejercicio democrático es mantener el interés por estar inmersos en los procesos políticos y hacer sentir que su voto, opinión o impuestos tienen un peso en el colectivo.

De lo contrario las masas apagan su voluntad ciudadana y se retiran al mundo de la indiferencia y se convierten en unos ermitaños y anacoretas de la política.

Le llamaremos el "autismo político", un perfil de ausentes que no quieren oír ni ver el grito de los demás por luchar para mejorar la situación del colectivo. Y sumirse en el "déjenme en paz", no quiero saber nada más allá de mis narices.

Y nos hemos preguntado ¿Por qué se llega a éste punto de apatía?

Intentaremos darle una magra respuesta gracias a la intervención de la psicología política y la gran compañía de la IA.

Veamos algunos puntos que vale la pena considerar:

En principio la decisión de no votar, no es lo mismo que mostrar apatía política, que aunque se pueden llevar de la mano, tienen factores psicológicos diversos.

La complejidad para decidir por un candidato o partido en el mismo día de las elecciones puede ser en sí ya un obstáculo que impida tener la voluntad de cumplir con este derecho. Simplemente porque no hay convicción ni confianza de que pueda cambiar algo si votas, pues todo acaba siendo el mismo gato revolcado, las mismas cucharadas de la sopa de siempre.

Ya no se confía en las instituciones y se ha perdido la creencia en que la gente pueda hacer un cambio efectivo y realmente influir en los procesos políticos.

En el fondo hay incredulidad en el poder del voto. Entre los viejos aíres del fraude electoral, del conteo amañado, o de los acarreos masivos con extorsiones y amenazas. La democracia ha sido manchada por los vandalismos históricos de las minorías partidistas que han hecho de la democracia una simulación para ocultar las dictaduras de una oligarquía que no suelta el poder y sueña con perpetuarse a como de lugar. Entre dedazos y transmisión de bastones de mando, los incipientes dictadores se aferran al encantó de su narcisismo político y se atornillan a las silla del poder, para que ningún desarmador los venga a mover.

El ciudadano común no se entera de casi nada, está mal informado y sin saber lo que puede hacer por los demás, por su país, por su comunidad.

Navega en la ignorancia y los vientos de la propaganda y la manipulación, lo llevan de aquí para allá, sin que sepa para a dónde remar.

Se acaba fatigando y con pereza mental para pensar y reflexionar más allá de su vida diaria. Se ha saturado de información y vomita los excesos que no le caen bien, a su limitada capacidad de masticar lo que pasa.

Ha perdido el piso, ya no sabe ni a qué marcha o manifestación asistir, los tumultos y las masas amorfas atropellan su individualidad. Busca un refugio en el sí mismo, intentando recuperar su identidad.

Se acaba preguntando a qué sociedad o sistema pertenezco, ya no soy ni de aquí ni de allá, las neblinas del entorno se pierden en el horizontes y no se alcanza a ver nada claro de lo que sucede. Mejor me vuelvo a refugiar en mi pequeño mundo autista. Busco la tranquilidad de ya no querer escuchar nada, ni hablen de política en mi cara.

Me han saturado con matracas, mítines, pancartas, mantas pintas, cartelones y espectaculares. Ya no quiero ni un trago más de esos excesos.

Prefiero sumarme al mundo de los que no quieren ver ni oír nada, ya lo normal es ser apático y abstemio.

Los fanáticos del tema que se hagan bolas entre ellos mismos, que hagan sus propios chats y no nos vengan a manchar con sus absurdos mensajes en favor o en contra, ya nos hartaron. Sus discusiones y debates me molestan e irritan.

Para qué meterse en más líos, qué benéficos puede traer ir a perder el tiempo con toda esa sarta de corruptos habladores, mentirosos y charlatanes. Y qué caso tiene ir a votar y hacer filas si nada va a cambiar, aunque la mona se vista de seda, mona se queda. Van y vienen caras distintas y todo sigue en las mismas.

Y luego resulta que nos quieren meter más miedos de los que ya tenemos y hasta nos quieren amenazar de que si no voto, vendrá el chamusco y me mandará al infierno del comunismo y crecerá la delincuencia y la violencia. De ese cochinero hay que alejarse, en vez de irse a meter.

Ya estamos desilusionados, tantas promesas sin cumplir, nos han traicionados, sea del color que sea su camiseta, nos han visto la cara vendiéndonos sus espejitos. Váyanse a volar.

Para qué volverme a ilusionar si no me identifico con nadie, esos demagogos no me representan ni me dicen nada. Viven en otro mundo, que no es el mio.

Cómo quieren que vote y participe, si ya he llegado al límite. Con gusto abrazo la distancia de la política y acaricio verdaderos entretenimientos y distracciones que me alegren más la vida, que estar oyendo tantas fechorías y falsas promesas.

Es comprensible que todos esos factores psicológicos ronden en la mente de los "autistas de la política", de los que han perdido el interés por el teatro del poder. Y ni aunque les regalen los boletos, con torta y camiseta incluida, van a asistir a un mitin de algún candidato. Y si me obligan, doblándome las manitas, con mayor razón los castigo el día de la elección y no voy porque no voy.

Así como queremos que vayan a votar, si ya están hartos de todo éste fandango.

Seguiremos con ésta reflexión.


Publicado en LFMOpinión.

#TheBunkerMX#LFMOpinion
#+Conciencia
#Politica
#Desanimo
#Hartazgo
#Apatia



Notas Relacionadas