Panóptico


Del dicho al hecho…

Se trata de ser congruentes entre lo que se dice y lo que se hace. Ser y no sólo parecer.

#TheBunkerNoticias | Del dicho al hecho…
Por: Arturo Martinez Caceres
  • 07/06/2023

Uno de los mayores éxitos del famoso pejePresidente ha sido su relevante capacidad para decir, para comunicarse, haciendo énfasis en la importancia del interlocutor y explicando su quehacer como luchador social, siempre en beneficio de quienes históricamente se sobreexplotó y marginó del beneficio del desarrollo.

Por su propia dinámica y circunstanciales dichos se generó un claro margen de rechazo y odio entre los menos, a quienes se excluyó prácticamente del corazón del mensaje presidencial que sigue siendo palabra de dios terrenal, conversación incontrovertible del gran Tlatoani.

El eficaz instrumento para lograr propósitos y acciones de propaganda política, las llamadas mañaneras, constituyen de lunes a viernes, un foro de expresión gubernamental imprescindible para apoyar y denostar, para premiar y castigar. Para intentar explicar y sumar alrededor del 65% de aprobación a nivel nacional, lo que, desde luego, no es poca cosa.

Sin embargo, las repeticiones al modelo. Lo previsible y conocido del discurso, han desgastado su efectividad y eficiencia. Se ha acrecentado la mediocridad del instrumento y cuantimás certidumbre y propósitos verdaderos de control político e influencia sociales. En otras palabras: de medio o instrumento de transformación a anodino bla bla bla, contra la corrupción.

En efecto, las mañaneras requieren un ‘lift over’ urgente… Se han vuelto medrosas, repetitivas, inconsecuentes. Requieren un botox y del más moderno.

Como dijeran algunas chicas populares de la prepa. Urge una porra a la realidad: “el agua y el jabón quitan las huellas de cualquier cabrón …”

Hoy, el sobresaliente comunicador instalado en la presidencia, el famoso pejePresidente, muestra signos inequívocos de decadente monotonía. Aunque muchos pudieran justificar su mismo cantar, dada su amplia popularidad.

¿Será acaso un capítulo siguiente de la nueva estrategia para dar paso al fortalecimiento de la candidata y los candidatos, corcholatas, quiénes ya están en la madre de todas las batallas hacia el 24?

El mero mero de la función diaria repite monótonamente casi lo mismo, bajo el argumento ‘repetido’ de que un luchador social lo puede hacer, más no así un escritor. Y no deja el chocante: este, este, este, que es obvio, no puede evitar, incluso en el marco del combate contra la manipulación informativa, que tanto daño ha hecho a la Nación.

Hasta la gustada sección de ‘Quién es quién en las mentiras’ no levanta. Se oye cómo oír llover y son frecuentes los problemas de dicción. Falta énfasis, preparación, hasta mejor actuación.

Ante tal o cual denuncia se recurre a la muletilla de “lo estamos haciendo”, o a la cita profética de “lo vamos a investigar, estamos trabajando”, aunque no se vea ni se sepa en qué ni en cuánto.

En efecto, el asunto crítico no es sólo cómo se dice, sino lo que se dice y sobretodo: lo que se hace. La congruencia entre lo que se promete y lo que se cumple.

Parece que todo es intuición. Se dejó de lado la certidumbre, la confianza que da el estudio, el análisis, la preparación. En suma, el logro de la verdadera transformación. La frescura del instrumento.

El lavado de cara y manos debe de ser con legia y no solo con pura agüita de pila, ni siquiera de la bendecida. No sirve persignarse, aunque se cumpla la penitencia si siguen las mismas prácticas de mala conducta que retrasan el cambio verdadero. Una sociedad así se vuelve puritana. Cierra los ojos y se autoengaña.

¿Qué es eso que siga Garduño como responsable del Instituto de Migración? Por más que la mujer del César lo sea, no solo tiene que ser sino parecer. Y su permanencia huele a protección. Se recuerda lo que se atribuye a Juárez: ’a los enemigos justicia, a los amigos, justicia y gracia.’ Hay diferencias y las ha habido a lo largo del sexenio con gobernadores y exgobernadores apoyadores incluso de otros partidos políticos, con el caso de Segalmex, en Pemex, en la CFE, en el Tren Maya, la refinería de Dos Bocas y el tren Salina Cruz-Coatzacoalcos, por ejemplo.

En las mañaneras se debe de mejorar la información y resultados en los presupuestos, manejo del dinero público en proyectos y obras; en el tiempo que indefectiblemente ocurre y cada vez es más limitado en tanto que el sexenio se acaba y en el trabajo con resultados concretos, más allá del sube y baja del informe militar, en especial y con amplios detalles en áreas de seguridad, combate a la violencia, narcobandas y política de migración.

Más ampliamente, se trata de diseñar nuestro futuro como mejor país en cuanto a creación y distribución del ingreso y la riqueza, educación con calidad, programas de salud pública mejores que en Dinamarca y demás.

Vincular el poder de la palabra, del lenguaje, con lo que somos para resolver necesidades y carencias. Más aún: no marginar sino compartir para transformar, para mejorar. Para dejar atrás lo inservible, lo chocante, las repeticiones que impiden la creatividad. Para desterrar de una vez por todas la mentada corrupción.

Por el bien de todos incluir a todos.

Se trata de ser para hacer y lograr una sociedad con mayor riqueza distribuida con equidad, más feliz y con progreso cuantificable tangible. Acabar con el círculo vicioso de la repetición atolondrada que adormece y distrae de los verdaderos objetivos y metas que nos unen como nación y pueblo.

Se trata, por ejemplo, de reducir la violencia e inseguridad de tal manera que no sólo subraye el subibaja del número de muertos, secuestrados, heridos, sino de ampliar y consolidar el Estado de Derecho para procesar y castigar a los infractores y criminales, a todo aquel que comete algún delito. Y crear un ambiente de pax pública que genere a su vez, condiciones de certidumbre para invertir y consolidar el desarrollo del país.

Se trata de ser congruentes entre lo que se dice y lo que se hace. Ser y no sólo parecer.

Y un último que vendría muy bien y con aplausos a corto plazo: dejar de justificarse en el pasado. Se trata de Ser absolutamente responsable del presente, con las consecuentes obligaciones, derechos y prerrogativas.


Publicado en LFMOpinión.

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