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Migración, responsabilidad y crimen

Todos los responsables del último crimen en Ciudad Juárez deben de ser enviados al carajo en la punta del palo mayor de la nave.

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Por: Arturo Martinez Caceres
  • 05/04/2023

En nuestro país bailamos con la muerte. De tanto dolor el ambiente se vuelve de cínicos y masoquistas. El odio que prevalece nos embarga. Y para colmo, muchas veces nos pitorreamos de las desgracias ajenas y de las esperanzas frustradas.

Imaginen un horno ardiendo donde están cientos de migrantes hacinados hasta achicharrarse sólo por ser extranjeros y buscar el sueño estadounidense, por ser diferentes en el color de la piel, lengua, antecedente e historias nacionales y condiciones socio-económicas. Son variables que en otras circunstancias debieran de ser punta de lanza para superar la incuria y la marginación.

Lo que pasó en una cárcel disfrazada de albergue para migrantes en Ciudad Juárez es un crimen que debe castigarse ejemplarmente, fue una desgracia imperdonable ocasionada por la estulticia e irresponsabilidad de guardias, de otros trabajadores y directivos del Instituto Nacional de Migración, además de la política migratoria de contención obligatoria y supuestamente draconiana por parte de los EUA y su aplicación indiscriminada e ineficiente por todas las autoridades mexicanas involucradas, ante amenazas de imposición de aranceles y tarifas adicionales, desde la época del ahora indiciado expresidente Trump por sus relaciones sexuales con una actriz porno, pagadas con gastos de campaña electoral (sic).

Además de la presión que ejercen en nuestras relaciones diarias otros muchos componentes y diferendos como la importación de maíz transgénico, el uso de energías limpias y en general contra Pemex y CFE y amplias facilidades en el mercado nacional para empresas estadounidenses y canadienses, incluyendo la explotación minera indiscriminada y otros negocios como la generalizada inseguridad principalmente en las fronteras norte y sur de México y la exportación y creciente consumo de fentanilo y otras drogas en los EUA, principalmente entre jóvenes.

La política de contención migratoria está en el vértice de las relaciones entre ambos países vecinos.

El flujo de migrantes en busca de una mejor vida para ellos y sus familias es incontrolable por más muros, agencias migratorias o efectivos de la guardia nacional, de Sedena y de Marina que se destinen a ese propósito y por más activos de la Border Patrol e, incluso, del uso del ejército estadounidense, más altas tecnologías de drones y detección de calor y movimiento para ubicar y dar seguimiento a las caravanas o grupos de hombres, mujeres, niños que sueñan con cruzar el Río Bravo y activamente lo intentan.

A pesar de todo, hoy prevalece el cruce de drogas, narcobandas y tratantes de migrantes, secuestros y extorsiones.

Baste recordar que alrededor de 110 mil estadounidenses, principalmente consumidores de drogas fuertes han fallecido en los últimos meses y que ciudades icónicas de California, como San Francisco, Los Ángeles y San Diego, las primeras más que la última citada, están sobrepobladas de los llamados ‘homeless’ o gente que vive, duerme, come y defeca en las calles, tratándose mayoritariamente de enfermos y drogadictos.

Además, para engordar el caldo, aparecen reiteradas amenazas de congresistas estadounidenses particularmente republicanos vinculados con un electorado azuzado y rencorosos que olvida su propio origen migratorio.

Y del otro lado, una política de simulación para aceptar disque bajo protesta las instrucciones del Departamento de Estado, del departamentito, que cuando cala se le puede denostar e incluso insultar sin repercusión alguna, con el argumento de mantener las aguas en calma y de que ‘nada ni nadie afectará nuestra soberanía’, cualquier cosa que ello sea en realidad.

‘Que todo cambie para que todos siga igual’ y los migrantes latinoamericanos sigan siendo considerados, en general, como fuerza de trabajo de cuello azul en las más baja escala de la pizca agrícola, la ordeña ganadera, la construcción, la recolección de basura, la limpieza de restaurantes y ayuda en el servicio de cocinas, por ejemplo. Somos sujetos de fácil reemplazo, desechables.

Cuando se avanza en la escala social y después de las certificaciones de rigor se podrá manejar en alguna de las plataformas diseñadas exprofeso y llegar a ser eventualmente peluquero, enfermero, maestro universitario, en un mercado muy competido donde el principal adversario en el sistema laboral es algún otro mexicano que subió antes un par de escalones.

Lo anterior es para recordar que el sueño estadounidense no es sólo cruzar la frontera, ahí apenas empieza el vía crucis. Cabe subrayar que en los últimos tiempos solo ucranianas jóvenes han sido verdaderamente bienvenidas.

Aún así, las remesas enviadas a México hoy constituyen la principal fuente de financiamiento del país, por arriba de la exportación de petróleo, del ingreso por turismo y demás. Yo mismo he puesto mi grano de arena.

Sin embargo, el horno no está para bollos, aún se recuerda con ironía y coraje la recepción y genuflexiones del entonces presidente de México y de su secretario estrella, ahora refugiados ambos, cuando recibieron al candidato Trump y le dieron alas a su destino, mientras la política migratoria entre ambas naciones estalló poco después.

Hoy es un manojo de componendas y simulaciones.

Como en Europa, con ‘The people of the boat’ que desembarcó principalmente en la Gran Bretaña en los años setenta y ochenta del siglo pasado, la revancha colonial de migrantes del África Occidental francesa que hoy inunda Paris, Marsella y otras ciudades de Galia y los miles de libios que rumbo a Italia que cuando no se ahogan, buscan refugio donde sea.

¿Cuál son las razones de la migración? No se requiere ser un sabio para reconocer que las condiciones de sobrevivencia para la mayoría de la población en los países o regiones de origen de grandes migraciones son la generalizada pobreza, discriminación y abuso político e incluso tortura física.

A tal grado que el migrante en general es capaz de abandonar todo lo poco que tiene, incluidas formas de vida, condiciones materiales, afectos, sueños y amores, para intentar un mejor nivel de vida con seguridad, trabajo y progreso. Un poco mejor que antes parece ser la premisa. Y desde luego, mejor calidad de vida que en sus naciones originales para sus hijos, lo que en general sucede a la segunda generación cuando ya se cuenta con educación, alimentación poco nutritiva pero abundante y un mapa de opciones remuneradas para el quehacer diario.

El maltrato, la extorsión, quema y asesinato de migrantes a lo largo de nuestro país y especialmente en nuestras fronteras con Guatemala y los EUA es vergonzoso para los mexicanos, sobre todo si recordamos nuestra digna historia anterior de apertura y bienvenida a todos los pueblos en desgracia, como los judíos, españoles, chilenos, argentinos, centroamericanos y caribeños principalmente.

Se oye fuerte y claro: todos los responsables del último crimen en Ciudad Juárez deben de ser enviados al carajo en la punta del palo mayor de la nave.

Nada de disculpas por amiguismo o influencias. Al mismo tiempo, el director del Instituto de Migración debió de haber renunciado ya y ser puesto a disposición de la autoridad. Urge también que la Fiscalía General de la República, por su parte, se ponga a trabajar; que despierte, ofrezca disculpas más que pretextos, que de enfermedades e incuria, ya estuvo bueno.

Y entonces sí. Ya estaremos preparados para evitar o paliar la siguiente tragedia.



Publicado en LFMOpinión.

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