Entrelazando
Gerardo Conde

El inquilino de Palacio es un personaje hecho en la escuela de la vida a pesar de su formación universitaria, su zona de confort está en la calle, en la plaza pública, con la gente que habla su mismo idioma y actúa en función de su propia experiencia.

Ese pragmatismo lo ha llevado a donde está, porque ha sabido vender una Imagen de “justiciero” de acuerdo a la circunstancia política que viva el país.

Esa actitud de “justiciero” acompañado de un lenguaje frontal lo ha puesto en el ánimo de la izquierda, pero, sobre todo, en la gente que lo ve como su defensor ante el poder público.

Como es un personaje que vive del aplauso y de la veneración de la gente, busca formatos que alimenten su espíritu pragmático de manera cotidiana en las reuniones de gobierno, en sus mañaneras, pero, en particular, en las concentraciones públicas donde se explaya.

A lo largo de su vida su “instinto” es su mejor instrumento; ayer, como líder social, hoy, como inquilino de Palacio Nacional.

La celebración del aniversario de la expropiación petrolera tuvo esa finalidad, mostrar su liderazgo ante los suyos y traslucir sin ambages su sed de poder, por seguir siendo el dueño de las marionetas, llamadas corcholatas en pro de su 4t.

Sin embargo, este personaje que aparenta estar hecho a mano se desdibuja públicamente, ante la rectitud y el profesionalismo.

Ejemplos.

El 5 de febrero en el aniversario de la Constitución, ante la sociedad política oficial, la Ministra Norma Piña lo puso contra la pared al no ser parte del ritual convencional de ponerse de pie a la entrada del recinto del Teatro Juárez; pero la cereza del pastel se dio en el discurso de la presidenta de la Corte, al anunciar la autonomía del Poder Judicial frente al Poder Ejecutivo, ambos hechos descuadraron su figura de “justiciero” ante la mirada de los asistentes.

En otras palabras, la flaqueza de AMLO está en la dignidad y en el talento, ya que no comulga con ellas porque chocan con su pragmatismo.

El otro momento amargo de López Obrador se expresó en la mañanera donde la periodista Nayeli Roldán, de Animal Político, lo cuestionó por los hechos de espionaje que realiza el mando militar en contra de civiles.

Donde la reportera mantuvo el estilo de la serenidad y del temple para manejar con firmeza y con rectitud los embates del inquilino de Palacio, donde una vez más, ante el profesionalismo de su interlocutor exhibió el cobre, a tal grado de decirle: “Tu no pones la Agenda en la mañanera”.

En ambos casos no se apostó a la ocurrencia, sino la apuesta estuvo en la preparación del evento. Ahí está la magia.

Con estos ejemplos de dos mujeres “valientes”, muestran que sí es posible desdibujar al inquilino de Palacio, con talento y oficio, no con impropios discursos y con actitudes valentonadas.

La respuesta de ganar la tribuna y la nota, está en la Imagen de “contraste” que los interesados deben proyectar.

El tema es, lo dimensionara la oposición en la batalla electoral del 24.

Ya se verá.

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Publicado en LFMOpinión.

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