Mujeres líderes, expertas y activistas se reúnen para construir la agenda de género de la CDMX
En el término medio está la virtud, ni excesos ni carencias.
lfmopinion.com
Una gran sabiduría hay en las palabras de Francisco de Asís, al expresar la idea de que necesito poco y de ese poco aún necesito menos.
Es vivir sin tener muchas más necesidades que las elementales. Es el verdadero inicio del ahorro. Cuando no gastamos en tantas cosas inútiles y por demás extravagantes y hasta excesivas.
Alguien más diría, que sólo estamos alimentado nuestra vanidad y desperdicio de recursos, que mejor se deben de aprovechar en cosas más trascendentes.
Entre menos necesitamos, más capacidad tenemos de vivir con ahorros que nos permiten contar con un capital para hacer algo que valga más la pena que tirarlo poco a poco.
Por el otro lado, está la mercadotecnia y la publicidad que precisamente buscan lo contrario, que tengamos muchas necesidades y antojos por comprar y consumir cosas que realmente no son ni indispensables ni importantes.
El viejo concepto del tener una alcancía para ir poniendo las monedas o los excedentes de nuestros ingresos, es siempre una buena idea. Nos inclina a saber cuidar lo que tenemos, a no desperdiciar los valiosos recursos y a guardarlos de una manera más consciente.
Otra forma muy recomendable de enseñar al verdadero ahorro a nuestros hijos es el del sacrificio. Lo que implica que en vez de darse un gusto extra en algo, lo evitemos. Y aquello que íbamos a gastar en eso, mejor lo metamos a nuestra alcancía. Y así vamos sumando y no restando.
Es no inventarnos necesidades que en realidad no tenemos y crearnos un mundo artificial de cosas extras que no resultan ser indispensables. Por ello, los maestros del ahorro nos inducen a que probemos ser más sencillos y austeros. A medirnos en todo lo que parece atractivo y seductor, para consumir estrictamente lo que es necesario.
En el término medio está la virtud, ni excesos ni carencias.
Trabajar con dignidad, constancia y empeño, nos lleva a tener los ingresos suficientes para cubrir con las necesidades elementales, las demás serán excedentes que bien podemos ahorrar, para hacer algunas actividades extras como viajar o comprar alguna propiedad que nos pueda también incrementar nuestra seguridad.
Probemos el gozo del ahorro.
Publicado en LFMOpinión.
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