Qué tan profundo es el abismo por el que caemos.
lfmopinion.com
El miedo se huele, suelen decir. Y se siente y presiente, se palpa; oprime.
Hoy en LFMOpinion, Dellamary escribe sobre el optimismo perdido. Lo recupero porque es algo que creo de debemos traer a nuestra conciencia. Como la humedad, la crispación de ánimos y la pérdida de esperanzas se ha metido por nuestra piel y no nos hemos dado cuenta cómo y qué tanto ha trastornado nuestro humor social y convivencia.
La transformación es solo un movimiento; son su sentido y alcances lo que la hace positiva o negativa.
Se nos podrá decir que todo está bien, que no pasa nada, que son sólo fuegos de artificios de algunos que quieren descarrilar su proyecto, pero veamos nuestro humor social, ponderemos nuestras respuestas, aceptemos nuestros miedos y horrores.
¿Realmente estamos bien?
Si así fuera ¿por qué estamos tan enojados, tan irascibles, tan aterrados, tan sin esperanzas, tan abandonados, tan tristes?
Pongámosle calificativo a la “Transformación”.
Veámonos en el espejo de nuestro ánimo social.
Una diputada transgénero hace ostentación de sus miserias y las vende como su derecho a degradar la agenda pública; la violencia campea, la economía desfallece, la salud mengua, la educación condena, la política confronta. El 68 y Ayotzinapa han sido escriturados en monopolio. La patria misma y hasta la realidad tienen dueño. Todo se derrumba a nuestro alrededor y dentro de nuestro ánimo de convivencia.
¿Es correcto que percibamos la seguridad como insegura, que cancelemos obras en buen grado de avance, que inauguremos otras que no sirven, que avancemos destruyendo nuestras selvas en una carrera contra el tiempo por soñar trenes a la nada?
Preguntémonos: Si estamos tan bien, ¿por qué nos sentimos tan mal?
¿Es eso esperanza, es eso hacer historia, es eso lo que queremos dejar por futuro a nuestros hijos?
Veamos las caras de las corcholatas y sus lamentables desempeños, y ponderemos realmente el entusiasmo que las anima, luego veámonos en su futuro y sabremos qué tan profundo es el abismo por el que caemos.
Publicado en LFMOpinión.
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