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Legislar entre campañas y bajo pistola

Asambleas informativas, parlamentos abiertos, desplegados, amenazas, mañaneras, redes y corcholatas en campaña, marcan los tiempos de la nueva reforma electoral.

#TheBunkerNoticias | Legislar entre campañas y bajo pistola
Por: Redacción
  • 25/07/2022

Reformar a punta de pistola, tal es la disyuntiva de la reforma electoral de López Obrador.

Numerosos funcionarios públicos, legisladores y dirigentes de Morena han advertido o abiertamente amenazado con una reforma electoral a las autoridades electorales cada vez que dictan una resolución o expresan una opinión contraria a sus intereses.

Destaca el secretario de Gobernación que se dijo impávido ante posibles sanciones del INE, toda vez que, según él, la institución electoral estaba a punto de desaparecer.

Por supuesto, el presidente López Obrador fue el primero en amenazar con su reforma en 2021, cuando en varias ocasiones dijo que promovería una reforma “para que hubiera en México una auténtica democracia”, no obstante haber llegado al poder por el voto ciudadano.

El Instituto Nacional Electoral le había pedido en ese entonces restringir el contenido y difusión de la conferencia de prensa mañanera durante las campañas electorales de 2021, en acatamiento de disposiciones constitucionales y del modelo de comunicación política vigente desde la reforma de 2007-2008, impulsado, por cierto por sus seguidores después de su derrota en 2006.

Repitió la dosis cuando se desató la polémica por la Consulta Popular y, ya en 2022, durante la larga discusión en torno al proceso de Revocación de Mandato.

Y la “amenaza” de reforma electoral se concretó en abril de este año con Pablo Gómez y Horacio Duarte, dos funcionarios de alto nivel de la Secretaría de Hacienda, presentando públicamente en la mañanera —¡dónde más!— la iniciativa de López Obrador, que de inmediato fue turnada a la Cámara de Diputados.

Hoy, son sus corcholatas quienes advierten que habrá una reforma electoral para “impedir los excesos del INE y del Tribunal Electoral”.

Les retuerce el hígado que los consejeros y los magistrados aprueben resoluciones y sentencias que buscan impedir actos anticipados de campaña y que se conviertan desde ahora en un elemento que rompa las condiciones de equidad en futuros procesos electorales: Coahuila y Estado de México, en 2023, y la gran elección de 2024.

Fue en este marco que el secretario de Gobernación, Adán Augusto López, celebró que pronto los diputados de Morena vayan a “desaparecer al INE”.

Y es así que todo el aparato oficial se moviliza por una reforma que, si bien no habla así de claro de desaparecer al INE, sí de “suprimirlo”, para convertirlo en el Instituto Nacional de Elecciones y Consultas (INEC).

Así, el encargado de la política interna del país acude a eventos partidistas, sonríe desde espectaculares y bardas, y firma desplegados, mientras Morena lanza su campaña de asambleas informativas para la reforma electoral, con tres ejes temáticos: sistema electoral, instituciones electorales y sistema de partidos.

De lo que se trata es de hacer campaña por todo el territorio y movilizar a sus huestes. Así se deduce del documento base para dichas asambleas, donde la campaña de Morena por todo el país tratará de posicionar 10 cosas que, dicen, pretenden con la reforma.

Destacan: “eliminar los gastos excesivos de la burocracia electoral”, “garantizar la imparcialidad, neutralidad y objetividad del árbitro electoral”, “reducir el financiamiento de los partidos políticos”, “reducir las diputaciones de 500 a 300 y las senadurías de 128 a 96” y “regular el financiamiento de parte de particulares y con esto ahorrar 24 mil millones de pesos al año”.

La campaña será similar a la desplegada durante al proceso de reforma energética, en febrero pasado, y tendrá el doble propósito de informar y movilizar a la ciudadanía. Con todo y corcholatas.

Quien diga no a una “democracia más austera” será exhibido en la conferencia mañanera y quemado en las redes sociales del oficialismo; si es legislador será acusado de “traición a la patria”.

Las “asambleas informativas” servirán, de paso, para que las corcholatas tengan pretexto para recorrer el país y placearse ante la militancia en fines de semana.

En la Cámara de Diputados se abrirá un “parlamento abierto” para la reforma político-electoral por acuerdo de la Junta de Coordinación Política, a inaugurarse mañana martes 26 de julio bajo tres modalidades: diálogos entre seis ponentes ante la Jucopo (tres a favor y tres en contra de la iniciativa presidencial); mesas con igual número de ponentes ante Comisiones de la Cámara; y debates de cuatro ponentes en el Canal del Congreso.

El “parlamento abierto” versará, igualmente, sobre los tres temas de la iniciativa: sistema electoral, instituciones electorales y sistema de partidos.

La idea es que las asambleas informativas de Morena, como los foros del parlamento abierto —impulsados por la mayoría morenista en la Cámara de Diputados—, ocupen la agenda política de los próximos meses, en busca de poder pactar una reforma durante el segundo año de la 65 Legislatura, cuyo primer periodo ordinario de sesiones arranca el próximo 1º de septiembre.

Si la oposición se mantiene en “moratoria constitucional”, como anunciaron en mayo PRI, PAN y PRD, no habrá reforma política, pues requiere mayoría calificada en la Cámara de Diputados y el Senado de la República.

Se antoja difícil que el parlamento abierto sea serio, efectivo y dé paso a un proceso de análisis, diálogo y acuerdos políticos, dictámenes y, eventualmente, una reforma pactada entre todas las fuerzas con representación en el Poder Legislativo.

Más aún cuando de cara al 2024 suenan los tambores de guerra y no se observa voluntad de nadie para realizar un cambio profundo de las leyes e instituciones de la democracia.

En ese escenario, la reforma electoral seguirá siendo un discurso de amenaza contra las autoridades electorales actuales, y de desprestigio para los partidos que no aprueben la iniciativa lopezobradorista.

A ello se suma un desplegado firmado la semana pasada, entre otros por el secretario de Gobernación, Adán Augusto López; la jefa de Gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum; el senador Ricardo Monreal; 17 gobernadoras y gobernadores en funciones; cuatro gobernadores electos; senadores, diputados y hasta el director del IMSS, Zoé Robledo, en el que Morena se queja de las medidas cautelares aprobadas por la Comisión de Quejas del INE y avaladas por el Tribunal Electoral recientemente.

En él lanzan una clara advertencia: “Continuaremos defendiendo desde el territorio, junto al pueblo de México y al amparo de nuestros derechos constitucionales, el proyecto histórico de la Cuarta Transformación”.

En este terso ambiente, el oficialismo impulsa la iniciativa presidencial; un estira y afloja en el que Morena y sus aspirantes mantendrán su desafío a la legislación electoral y la oposición seguirá acumulando quejas ante las autoridades electorales exigiendo tarjetas rojas antes de que inicie formalmente el juego.

Por lo pronto, la reforma se antoja imposible cuando se presenta como amenaza y se recurre a la descalificación antes de que comience el diálogo.

Con información de Aristegui Noticias.

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