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Continuidad

Cuando lo que se busca es que las cosas continúen inalteradas, se les condena a la muerte. López Obrador busca la continuidad de la 4T aunque en ello nos vaya de por medio México.

#TheBunkerNoticias | Continuidad
Por: Luis Farias Mackey
  • 04/07/2022

En una república el poder se renueva periódicamente, a diferencia de la monarquía o el totalitarismo: lo incontinuo, pues, priva.

¿Por qué? Porque lo continuo es muerte, en tanto que la vida es devenir. Lo que permanece se petrifica. Lo continuo es lo que se hace o extiende sin interrupción. En él no hay superación, creación o, incluso, descalabro, porque su acento está en permanecer intocado, inalterado.

Contra ello, cada determinado tiempo el gobierno en una república se somete al voto ciudadano que decide si aquél continúa o no. En México, por mandato constitucional, la persona que detente el poder Ejecutivo federal no puede continuar (no reelección), aunque su partido sí.

La discontinuidad, pues, es un valor republicano y democrático, además de baluarte de libertades. No así para la 4T.

Si observamos con detenimiento, la continuidad es el valor supremo en el lopezobradorismo. López Obrador no busca forjar un México mejor, usar el poder para cambiar la realidad; su aspiración es simplemente continuar en el poder por el mero continuar: “egeptizarse”, hacerse pirámide.

A continuar en el poder se reduce todo. Hasta la mascarada de revocación de mandato la inventó para continuar en el poder, no para revocarlo.

De allí la rabia demoniaca en contra el INE, en tanto encargado de procesar y garantizar la discontinuidad (renovación) en el poder

En política —la cosa de todos— lo que cuentan son los resultados; en la 4T —la cosa de uno— lo que importa es continuar. Así lo dice el propio López Obrador cada vez que puede. Por eso es que los resultados no le interesan y pueda inaugurar una refinería que no existe, una pista aérea que no funciona, construir un tren que no va a ningún lado, o dar informes de gobierno que no informan; porque los resultados no importan, solo su delirio de continuidad. Hitler —puesto hoy tan de moda por el propio López Obrador— visionaba un Reich de mil años; cuántos le echara López a su 4T.

Tan es así que la propia educación deja de tener importancia y densidad; lo que importa es la continuidad de los niños cursando grados escolares: extenderse sin problemas desde la escuela temprana hasta la superior, aunque no que aprendan.

Detengámonos un momento en esto porque es equiparable a la república y democracia. Si lo importante es que los niños cursen grados sin considerar desempeño y, ni siquiera, asistencia, medir su aprovechamiento y conocimientos sale sobrando, y, ante bien, contraproducente.

Verá usted, si en un salón de clases la gran mayoría de los alumnos aprueban es que el sistema funciona, el maestro enseña y los estudiantes aprenden; pero si es al revés, si todos reprueban, quien realmente falla es el sistema, la escuela y el maestro. La y el estudiante son solo víctimas.

Ahora bien, si lo que importa es la continuidad hacia la nada y no la educación, lo recomendable es no examinar a nadie y aprobar a todos por decreto, así se libera uno de la incomodidad esa de estar discutiendo resultados y evaluaciones. Así, la educación dejó de ser en México, por acuerdo de la 4T, el desarrollo armónico de las facultades del ser humano, para ser continuidad acrítica e inmedible en la currícula escolar. Hoy no se va a la escuela a aprender, se va a continuar.

Lo más sorprendente y lamentable es que los padres de familia no hayan quemado la Secretaría de Educación Pública que, tras de dicho acuerdo, carece ya de razón de ser. Si ese valor tan preciado, como es la preparación de nuestra niñez puede ser desechado tan fácilmente, qué sigue.

Bueno, pues lo mismo es en las repúblicas y democracias; lo importante son los resultados que periódicamente se miden en condiciones de vida digna de sus poblaciones en las urnas. Si estas avanzaron, el examen electoral sobre las políticas será aprobatorio, sí no, serán reprobadas junto con el gobierno y gobernante que las impulsa.

Pero esto es lo peor que le puede pasar a López Obrador, ser sometido a un examen y evaluación, toda vez que la continuidad es un valor en sí mismo, no un resultado medible, menos palpable.

Así, el acuerdo que prohíbe evaluar la educación y obliga a aprobar la ignorancia y condena a un futuro oscuro y sin destino a nuestros niños, es el primer paso para acordar, en aras de la continuidad, la no celebración de elecciones.

Al tiempo.


Publicado en LFMOpinión.

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