Enrique Alanis
Colaborador invitado

La semana pasada se llevó a cabo la Cumbre de las Américas, que tuvo desde 1994 su sede por segunda ocasión en Estados Unidos. Días previos a la reunión, se generó cierto nivel de debate y controversia, por los mandatarios latinoamericanos que no asistirían dado que no habían sido invitados, pues de acuerdo con los argumentos mencionados por EUA, se reservaba incluirlos por ser gobiernos faltos de democracia y de respeto a los Derechos Humanos. Analistas mencionan que la estrategia y modelo de política exterior que EUA aplica para América Latina necesita evolucionar, tomando en cuenta las necesidades económicas y de desarrollo de la región, aspecto en el cual China ha basado su penetración en el continente.

Mi análisis y prospectiva:

Lo anterior es un indicador de que el surgimiento de más gobiernos autoritarios o antidemocráticos no deja de ser una preocupación para EUA y, por ello, establece claramente que la democracia es un valor preponderante en su agenda de relacionamiento, de allí los líderes de países latinoamericanos que vayan en contra de ello corren el riesgo de continuar siendo excluidos.

Por otra parte, prevalece entre gobiernos, sociedad, y especialistas en el tema una percepción de distanciamiento de la región de América Latina con EUA. La ausencia o limitada cantidad de proyectos relevantes de beneficio mutuo han provocado de manera natural un desinterés o desgaste. No obstante, existen temáticas y zonas específicas —sobre todo de producción y comercio— que han mantenido o, inclusive, incrementado cercanía y relación, aunque no se percibe como la generalidad.

Una serie de enfrentamientos anteriores, como la larga guerra contra el terrorismo, aunado a distintas crisis económicas, como la crisis financiera de 2007-2008, han postergado por años el enfoque de EUA en la región, lo cual China ha aprovechado para posicionarse significativamente a través de facilitar proyectos de infraestructura por medio de su programa Belt and Road, además de incrementar constantemente la balanza comercial en la región.

Por su parte, EUA pudiera recuperar terreno en una forma similar, brindando alternativas competitivas para continuar desarrollando infraestructura, pero, además, aprovechando la coyuntura de estándares y requisitos globales relacionados a las áreas ambientales, social y de gobernanza (ASG, o ESG por sus siglas en inglés). EUA pudiera aprovechar la oportunidad de apoyar no sólo financieramente, sino también con asesoría y tecnología que permita rápidos avances en cada país.

Asimismo, un área de oportunidad que las naciones latinoamericanas valoran, es el avance en infraestructura de Internet, lo cual mejora de inmediato índices de desarrollo en educación, comunicación, productividad, entre otros.

De igual forma, el rezago en salud, evidenciado por la pandemia, es otro aspecto en el que EUA ha apoyado anteriormente y pudiera considerar ayudar aún más. Existe un aspecto en el que EUA ha logrado mantener su hegemonía y blindaje en el continente: la defensa.

Aunque las naciones de América Latina mantienen una amplia diversidad económica de acuerdos y relaciones comerciales con otras potencias de otras regiones, al momento, ningún país del continente ha facilitado su territorio para el establecimiento de instalaciones militares de potenciales rivales de EUA, tal y como dicho país sí ha podido establecerlo en las regiones de sus competidores. Por lo anterior, mantener una cercana y benéfica relación en América Latina, reduce para EUA el riesgo de dicho escenario, el cual, de suceder, generaría una inmediata reacción ofensiva. Es decir, EUA no debe limitarse a considerar los aspectos económicos o de migración —el eterno tema de discusión—, como los temas centrales de la necesaria cercanía con América Latina.

Por lo tanto, la pasada Cumbre, si Estados Unidos se lo propone, pudiera ser un mecanismo detonador para no sólo reestablecer, sino mejorar la relación de la primera potencia global, con los países que conforman su región de influencia y defensa más próxima.

Publicado en LFM Opinión.

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