Abría el sexenio cruzando al pecho la banda presidencial. Tal fue su pago y despedida.

En aquella ocasión, en un arrebato místico, Porfirio, “desde una cercanía que nos restriega en la cara”, presenció la ¡transfiguración! de López, más allá del poder y la gloria en un iluminado, un “auténtico hijo laico de Dios".

Tras la transfiguración presenciada se cerraron para él las puertas de Palacio. Poco a poco, fue narrando cómo Morena se le salía del corazón. Al final le propinaron dos derrotas en su larga lista de ellas: perdió la presidencia de Morena ante un espantapájaros y lo sacaron de la lista de reelegibles en 2021.

Pero Porfirio esperó paciente el momento oportuno y ayer clavó la daga hasta la empuñadura.

México vive una “intervención despiadada” de la delincuencia organizada, empezó con voz mermada.

“Hay un paquete de poder y ese paquete de poder es una alianza entre el narco y el gobierno”, dijo Muñoz Ledo en la plenaria de la Conferencia Permanente de Partidos Políticos de América Latina y el Caribe (COPPPAL), efectuada este jueves 2 de junio, a tres días de las elecciones para gobernador en seis entidades y ya en periódo de silencio. Es decir, Morena no estaría en condiciones de contestarle, aunque es seguro que hoy se lo desayunen en la mañanera y quien impusó la banda presidencial aquel primero de diciembre del 2018 hoy pase a formar parte del conservadurismo neoliberal y traidor.

Pero Porfirio apenas abría la conversación: López Obrador cree que puede “heredar al próximo gobierno su asociación con los delincuentes y que eso le otorga mayor poder”, pero dado que "eso no es posible", anticipó un enfrentamiento muy fuerte en el futuro y en el marco de la sucesión presidencial.

“Hay un paquete de poder y ese paquete de poder es una alianza entre el narco y el gobierno”, dijo Muñoz Ledo al señalar esta supuesta alianza del presidente López Obrador

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— Expansión Política (@ExpPolitica) June 2, 2022

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“El presidente que públicamente ayer, antier, fue a saludar a la madre del principal narcotraficante del país, tiene este arreglo. Y lo justifica con algunas razones que no niego”, continuó Muñoz Ledo.

“El presidente se jacta de que esto (el acuerdo) ha aumentado la seguridad del Estado e incluso la confiabilidad internacional del Estado, pero se oculta que no ha aumentado en nada la seguridad ciudadana”, retomó así la envestida.

“El presidente –continuó– va a terminar su periodo de gobierno. La pista ya se le está acabando. Él piensa que puede heredar el próximo gobierno su asociación con los delincuentes y que eso le otorga mayor poder, porque además de tener autoridad, recursos del gobierno federal, esto se suman a los de narcotráfico, entonces que no hay nada que se le pueda oponer a esto llamamos en México el maximato”.

Pero, acotó, “debe entender Andrés Manuel López Obrador que su contubernio o alianza con el narco no es heredable. Porque en esos momentos siempre y en todas partes, en todas plazas políticas, se entienden con el que va a llegar, ya no va a necesitar el narco del presidente”.

Finalmente alertó a las corcholatas: “Habrá el peligro de que se exija más a los nuevos actores”.

Para Porfirio, México vive una “intervención despiadada” del narcotráfico y ese “monstruoso conflicto de intereses, el que la autoridad y el crimen se sienten, es el fin de cualquier moral pública y de cualquier gobierno legítimo”.

La semana pasada fue Cárdenas quien dijo que López Obrador carecía de rumbo y había que buscar nuevos derroteros, hoy Porfirio da por hecho su amaciato con el narcotráfico.

¿Qué sigue? Poco vivirá el que no lo vea.

PS. Pero no es la justicia quien mueve a Porfirio, es la venganza.


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