¿Sabías que hay un registro electrónico de tus entradas y salidas de Estados Unidos?
Mientras ella cantaba, yo embelesado flotaba emocionado por el oído… y el tacto.
lfmopinion.com
El viaje fue atractivo, al caer la tarde una hora y media después estábamos ya instalados en la sala de conciertos. Una universidad que se ve sensacional, acogedora, limpia, llena de rosales floridos. Un diseño moderno con edificios que dan sentido estético al campus y que rodean los parques y áreas verdes. Estoy seguro que de tener la posibilidad de regresar a estudiar literatura o semántica aquí lo haría sin dudarlo.
Mi mujer ordenó un café con crema y yo una copa de Malbec, para estar en Buenos Aires sin estarlo.
Hace casi un siglo fuimos ahí y escuchamos cantar tango a mi preferida Susana Rinaldi. La recuerdo como si fuera ayer, una de las más bellas experiencias de comunicación en mi vida, mientras ella cantaba y yo embelesado flotaba emocionado por el oído… y el tacto (basta que haya alguien que entienda, que recuerde), “Hoy es siempre todavía”, como dijera el gran Machado.
Astor Pantaleón Piazzolla, de ascendencia italiana, nació en 1921 en Mar del Plata, Argentina. A los 4 años emigró a Nueva York, a Greenwich Village, en aquellos años un violento vecindario de contrabandistas, gánsteres potenciales y trabajadores de cuello blanco. Ahí ganó el sobrenombre de “lefty” por su privilegiada izquierda para salvar el pellejo, sobrevivir y tocar con maestría el bandoneón. Piazzolla fue compositor de tango, arreglista y un virtuoso músico ejecutante. Desarrolló el ‘nuevo tango’ con elementos de jazz y la influencia de música clásica con tiempos musicales de estilo barroco, preferentemente Bach.
Sedujo a su primera esposa estando ella casada. Peleó por ella. Se dice que presumió haberla conquistado con poesía, música y su zurda. Una combinación infalible de amor y poder, como cuando escuché a la Rinaldi en el Teatro Colón, envuelto en deseo y vi tus lágrimas de ojos maravillados, mientras mis manos descubrían tu ritmo.
El programa es todo Piazolla, con el quinteto de Philippe Quint, que desborda destreza y musicalidad. Primero Michelangelo 70, que no es en honor del genial renacentista, sino un tugurio de esa década donde se refugiaron músicos y melómanos.
Milonga del ángel y Muerte del ángel dan paso a Le Grand Tango, creo que de la época de París, cuando a los 35 años estudio con la afamada Nadia Bulanger en el Conservatorio de Fontainebleau y que fue un parteaguas en su carrera. Con ella aprendió contrapunto y oyó a Gerry Mulligan, que tuvo influencia en la formación de su Orquesta de Cuerdas: el Octeto Buenos Aires con la inclusión de piano, cello, guitarra eléctrica, violín, contrabajo y la buena práctica de tocar los bandoneones parados con la pierna izquierda en un taburete. Antes, el instrumento de origen alemán se tocaba siempre sentado.
La idea original era elevar la calidad del tango y conquistar la aceptación del público escucha. El llamado ‘tango nuevo’ se consolidó en la vanguardia.
ANTERIOR
SIGUIENTE
Construir un modo de vida en el que estemos todos bien y no sólo yo y mi...
Los muertos que derramaron el...
Pareciera que, gobierno de por medio, López Obrador trabaja en debilitar a cuanta corcholata...
El pastor conduce al rebaño en el remolino de su...
Tenemos el arte para no perecer por la...
Elegir es una carga de la que sólo nos liberamos...
Nuestra política, un rosario de...
Sin autoridad y dignidad política 'Alito' es emplazado por expresidentes...
Una hormiga salía del ojo de la cerradura de la maleta de su...
La realidad deñ periodismo...