Morena cambia la conversación de la derrota con litio y linchamiento

Especial

Por: Redacción

• 20/04/2022

Lo importante es la conversación y la percepción, no los resultados.

Ante la derrota en la reforma eléctrica, una reforma legal sobre el litio vendida como nacionalización, cuando ya existe —y en la Constitución— desde 1917 y en abierta contrariedad con el 27 constitucional, como a la larga lo tendrá que determinar la Corte, a pesar de su sistema de vetos y no de justicia, y un linchamiento —de suyo peligroso— contra los diputados que en ejercicio de sus atribuciones y representación política votaron en contra de la reforma, nada menos y nada más, que por traidores a la patria.

En ambos casos estamos ante un cambio de conversación, ante una nueva zanahoria para distraer a la gente, sí, de la derrota, pero también de los graves y aciagos problemas que día a día se acumulan sin solución alguna.

A los que ayer, como si se tratara de quítame estas pulgas se sumó el inopinado relevo en Segalmex, hundido en una corrupción catedralicia, donde Ovalle sale sin, por ahora, cargar los serios señalamientos sobre su administración, y llega Leonel Cota. El primero lo arrumban en un organismo que hasta parece una burla de mal gusto: el Instituto Nacional para el Federalismo y el Desarrollo Municipal (Inafed), cuando en esta administración el federalismo ha sido borrado, al igual que la división de poderes, el Estado de Derecho y la República. Y el segundo, sin pena ni gloria, deja descabezada, en momento en los que México vive y goza de plena seguridad en todo su territorio, el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP).

En el segundo frente, el mismo lunes Mario Delgado y Citlalli Hernández montaron un linchamiento público en contra de lo que llaman diputados traidores a la patria, lanzando a sus civilizadas turbas a quemarlos en leña verde.

Para espesar el caldo, reintegraron, en plena campaña electoral en seis entidades para cambio de gobernador, a la secretaria general del Morena —Citlalli Hernández— al Senado, donde su sola presencia, como era de esperarse y buscado, encendió la pradera y desvió las argumentaciones en contra de la pseudorreforma del litio que, sin mayor reflector, se aprobó ayer.

La pregunta, sin embargo, persiste: ¿podrán estas manipulaciones de la conversación pública, negar las grandes derrotas de la revocación, la reforma eléctrica y la crisis de seguridad y económica?

¿Servirán con suficiencia para ganar las seis gubernaturas en juego a unas semanas? ¿Desplazarán del imaginario colectivo la Casa Gris, ayer aderezada con vuelos privados de un avión de la Guardia Nacional a Houston con frecuencia sospechosa y aún más delatora ausencia de información de motivo y pasajeros.

¿Podrá el linchamiento cohesionar y movilizar electoralmente a unas huestes morenistas cansadas, enfrentadas hasta los golpes y desentusiasmadas de candidaturas que no son la de su líder único y solitario?

Lo veremos.

Ojalá que el incendio que en su desesperación hoy levantado no cobre ninguna víctima en representante político alguno, que la pradera está seca y los vientos toman ruta de huracán.

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