Mujeres líderes, expertas y activistas se reúnen para construir la agenda de género de la CDMX
Sí, radical viene de raíz, pero no es sinónimo: el extremismo del radical lo enfrenta y aísla. La Revocación es prueba de que los radicales de Morena han perdido el apoyo que lograron al desradicalizarse en 2018.
lfmopinion.com
Cada vez que le dicen a López Obrador radical, sale con que radical viene de raíz y que él es la raigambre de México. ¡Poesía bufa!
Y sí, radical deriva del latín radicalis, que a su vez viene de radix: raíz. Empecemos, pues, por raíz. Esta es todo fundamento. Pero un fundamento condenado a lo contrario del tallo, la fronda y el fruto. Su mundo y destino es la oscuridad y las profundidades. Sí, le corresponde aportar todos los nutrientes de lo que crece al cielo en altura y belleza, pero está condenada a cavar cada vez más hondo; su mundo es el de las lombrices, los sepulcros, los abismos y las sombras. La raíz, además, está impedida de ver la belleza de la flor y saborear los néctares de su fruto. Cual vampiro de novela, huye de la luz ante la que se seca y petrifica.
En el hombre, la raíz viene a ser nuestro inconsciente, también oculto y reprimido, en el que conviven el inconsciente personal y el colectivo, que hunde, éste sí, sus raíces hasta el hombre salvaje.
Veamos las connotaciones atinentes de raíz: órgano de la planta introducido en tierra o en otros cuerpos, absorbe de estos o de aquella las materias necesarias para el crecimiento y desarrollo del vegetal y le sirve de sostén; parte de una cosa, de la cual, quedando oculta, procede lo que está manifiesto; parte inferior o pie de cualquier cosa; causa u origen de algo.
Es pues la parte oculta, inferior, causa u origen.
Y si bien radical proviene de raíz, no es su sinónimo, por más que lo sea en el mundo alterno que habita López Obrador. Por radical se entiende partidario de reformas extremas; extremoso, tajante, intransigente. Su connotación principal no es la de raíz, sino de elemental, sectario, extremo y generalmente violento.
Sin duda, comparte con raíz un mundo lóbrego, oculto y cerrado. No admite ni la luz, ni lo imprevisible, es decir la libertad y el disenso. Carece del don de la confiabilidad, lo que le impide el intercambio con el mundo. El radical, como la raíz, succiona y roba nutrientes; rompe piedras de ser necesario; pero es el fruto quien, tras un largo proceso, retorna a la tierra las substancias robadas por las raíces. Quien intercambia con la naturaleza es el árbol de la tierra para arriba. Para los primeros hombres los dioses hablaban haciendo cantar al viento en la fronda de los árboles, ella da sombra y cobijo, es hogar de nidos y resguardo de animales; sus frutos alimentan insectos, pájaros, pequeños y grandes animales y hasta humanos. Todo su sistema renueva el aire que respiramos y da sustento a un medioambiente que, con radicalismo, queremos acabar. Si radical fuera sinónimo de raíz, el Tren Maya estaría plantando árboles en vez de depredando la selva yucateca.
SIGUIENTE
`No queremos a los civiles participando en las tareas de gobierno...
Habéis nacido para votar y...
¿Dónde el sufragio universal, libre, secreto y...
En la carpa mexicana había más política que en las urnas y el gobierno...
¿Ineptitud o intencionalidad en...
Aquí, ninguno es más democrático que el...
¿Es esa nuestra...
Engorda indigesta de información deformativa y...
Una persona que no se pertenece es incapaz de gobernarse y de...
“Es Claudia” no es una definición, es una...