Vigía de la Libertad

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Es indefendible la demostración de la corrupción por tráfico de influencias y el beneficio de vivir en una súper casa de lujo por parte del hijo del presidente López Obrador, el mismo que aboga por la austeridad, la supuesta honestidad, así como evitar el aspiracionismo.

Ahora José Ramón sale con la mentira de que trabaja en un despacho legal en Houston, propiedad del hijo del dueño de Vidanta, amigo de López Obrador y uno de los constructores del Tren Maya. Es patético que la pagina web de la empresa hubiese sido hecha al vapor apenas unos días antes, que el nombre de la empresa no aparezca en la dirección declarada y que el personal que labora se muestre nervioso, evasivo y niegue las entrevistas a Telemundo.

Engaño tras engaño, ya no saben cómo zafarse de este golpe que sin duda es el mas fuerte, aunque no es el primero. Y es que esta información, tan documentada, explota en la línea de flotación de la 4T que ya había sido torpedeada en el círculo cercano del presidente López Obrador. Aún esta caliente la extorsión maestra de Delfina; las nuevas empresas de los Bartlett, recién descubiertas; los múltiples familiares de Olga Sánchez Cordero que ganan mas de 100 mil, cada uno en diferentes dependencias; los 100 carros de lujo de Gertz.



La verdad es que son todos alrededor de un eje: Pio, Martinazo, las primas, Irma Eréndira, Cuitláhuac, Cuauhtémoc, Bejarano, Sheinbaum, etc. etc., que sí tienen un común denominador: Andrés Manuel López Obrador.

Es él el que lo permite, lo avala, los protege, es él el deshonesto, porque considera que todo es válido si aporta a su movimiento. Su doble moral. Así son los marxistas: incongruentes, critican al capitalismo, pero les encanta vivir como ricos, señalan a los corruptos del pasado, pero jalan dinero vía extorsión de una manera “ejemplar”; la mente de Andrés Manuel es la perversa, el mismo ha tenido este modus vivendi durante mas de dos décadas, nunca ha tenido ingresos que declare en el SAT, sin cuentas de banco, ni negocios a su nombre y su gasto mensual es enorme.

El potencial conflicto de intereses en el caso de la casa gris de Houston es 100% real y el trafico de influencias, conociendo la forma de operar de Morena, es muy probable. Naturalmente esto es una estrategia de su parte, es la simulación maestra, en la que vive la falsedad tanto en su vida familiar como en su vida pública. Habitar en un Palacio, con gasto mayor a 6 millones mensuales y su hijo en casas de 20 millones, son la más clara demostración que la “honestidad valiente” fue solo un slogan propagandístico de campaña para engañar.

López Obrador está ya en un pantano de arenas movedizas y al moverse torpemente se va hundiendo más.

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