La reciente intromisión de Rusia al este de Ucrania, argumentando una legítima independencia de las regiones separatistas que llevaban aproximadamente ocho años en conflicto, inmediatamente derivaron en la implementación de sanciones económicas por parte de EUA y algunos de sus países aliados, las cuales contemplan la afectación de instituciones bancarias rusas, así como restricciones de acceso a los fondos y reservas en otros bancos y países.

Alemania por lo pronto, como parte de las sanciones, no utilizará el recién construido gasoducto “Nord Stream 2” con conexión directa desde Rusia.

Además, otros países aliados de EUA que forman parte de la OTAN (Organización del Tratado del Atlántico Norte) estarán sumándose a las sanciones y, por lo tanto, reduciendo su relación comercial con Rusia, incluyendo la provisión que recibían de sus recursos energéticos.

Por su parte, China ha criticado las sanciones impuestas por los países del Occidente y ha declarado que no se sumaría a implementar alguna restricción contra Rusia.

Mi análisis y prospectiva:

Es en estos momentos cuando se considera más necesario mantener la comunicación directa entre las partes en conflicto. La cancelación de las reuniones virtuales entre secretarios de relaciones exteriores de EUA y Rusia, y entre sus respectivos presidentes, Joe Biden y Vladimir Putin, reducen las posibilidades para encontrar soluciones dentro del marco de la diplomacia. De continuar así, sería el inicio de una Segunda Guerra Fría entre los mismos actores, EUA y Rusia.

Aunque por el momento parecería complicado volver a establecer el diálogo público entre autoridades, es de esperarse que la comunicación a través de canales discretos no públicos continúe. Ninguna de las autoridades quiere arriesgarse a tener que conceder o retractarse públicamente, por lo que la búsqueda de soluciones creativas que no desprestigien a ninguna de las partes se vuelve una premisa importante para aceptar cualquier acuerdo.

Lo anterior pudiera ser una oportunidad para China de convertirse no sólo en un mediador de la crisis, sino en un beneficiario de ello.

Vale la pena recordar que la relación China-Rusia se ha ido fortaleciendo en los últimos años, ambos consideran a EUA como un adversario en diversos aspectos, recientemente ambos declararon estar en contra de la expansión de la OTAN, ambos también tienen el interés de evitar la presencia de los países del Occidente en la región asiática. Además, producto de las anteriores y recientes sanciones, China pudiera aprovechar aún más los recursos energéticos provenientes de Rusia y, a su vez, Rusia tendría acceso a los fondos económicos y de inversión en infraestructura que China ofrece. Es decir, una pronta solución de Rusia a las sanciones sería incrementar su relación comercial y financiera con China, lo cual, reforzaría la relación y dependencia entre estos dos países, así como la alineación de sus objetivos geopolíticos.

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