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La tragedia largamente anunciada de la Línea 12

En el marco de su obra "Línea 12: Crónica de una tragedia anunciada", Icela Lagunas nos revela detalles imperdibles sobre la desgracia que cimbró la confianza de la Ciudad de México y que cobró la vida de 26 capitalinos.

#TheBunkerNoticias | La tragedia largamente anunciada de la Línea 12
Por: Redacción
  • 04/03/2022

Egresada de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM, Icela Lagunas es una reconocida periodista que ha trabajado mucho tiempo en medios como El Universal y Reporte Índigo. Asimismo, es una persona que se ha especializado con ahínco y dedicación a los temas de la Ciudad de México y, por supuesto, a los del Sistema de Transporte Colectivo.

Hoy, nos comparte su visión sobre las fallas y la desgracia que ha afectado de manera irremediable a uno de los servicios de transporte más requeridos por los capitalinos: el Metro, todo ellos a través de su libro Línea 12: Crónica de una tragedia anunciada, editado por Editorial Planeta.

Icela nos regala esta entrevista para hablar de su libro, sus investigaciones y, sobre todo, la visión humana detrás del accidente que cobró 26 vidas a través de una radiografía muy bien hecha y documentada de este desastre financiero, político y humano y de sus invariables sus consecuencias.

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Realizamos esta entrevista como un ejercicio de periodismo comprometido con la necesaria reparación mediática del daño, con la verdad y con el interés de conocer mejor el tema en voz de una de las personas más autorizadas por su conocimiento e investigación.

De cubrir la fuente a descubrimientos de gran calado político


En palabras de su autora, este libro —que no surge en el marco del accidente de mayo de 2021— es una investigación que data de hace siete años:

“Inicio realmente como reportera de la fuente de la Ciudad de México, cubro la noticia desde que llega Marcelo Ebrard, hoy Canciller de México a la jefatura de gobierno en el año 2006 y él hace el anuncio de las intenciones de construir la línea 12 del metro, que ellos anunciaron se llamaría la línea del bicentenario”.

Icela cubre de manera cotidiana la fuente hasta que en 2012 empiezan a surgir anuncios de irregularidades en esta línea. En el 2013, cuando llega Miguel Ángel Mancera a la Jefatura de Gobierno, obtiene documentos etiquetados con la leyenda “confidencial”, que advertían tres grandes cosas: que la Línea 12 no era apta para transportar pasajeros; que podría ocurrir un “gran descarrilamiento”; y la advertencia latente de una tragedia, misma que finalmente ocurrió el 3 de mayo de 2021.

“El entonces Jefe de Gobierno ya estaba analizando internamente el cierre de la línea, cuando publico y hago del conocimiento de todos este documento. Se acelera la toma de decisión y en marzo de 2014 se cierra por primera vez la Línea 12; sin embargo, las alertas de que algo estaba mal le habían quedado al Jefe de Gobierno y a su equipo desde que ellos estaban a punto de salir.

“Cuando se inaugura la Línea 12 a él se le reporta un día antes que los ingenieros habían tenido que cambiar con mucha urgencia todos los rieles de la línea debido a que ese tren los estaba haciendo pedazos”, comenta Icela.

Aun con las alarmas deciden inaugurar la línea, sin reparar en por qué estaba ocurriendo esta situación, empiezan los estudios y finalmente un grupo de expertos del Sistema de Transporte Colectivo y de otras instancias del Gobierno de la Ciudad deciden que no están en condiciones de brindar el servicio de transporte a pasajeros. Esa fue la primera gran advertencia y luego, en el 2017, con el sismo que ustedes recordarán (19 de septiembre), se sacude fuertemente la zona centro del país, pero especialmente causa estragos en la capital”.

Para ese momento, la construcción de la llamada "Línea Dorada” ya estaba sumergida en la polémica. Aunque la finalidad era conectar el oriente de la capital del país (la zona menos desarrollada de la Ciudad de México) con el sur poniente, el proyecto, edificación y operación fueron severamente cuestionados.

Originalmente el plan era tener 23 estaciones a lo largo de 24 kilómetros y la línea sería completamente subterránea; su costo sería de 13 mil millones de pesos.

Las estaciones serían: Tláhuac, Tlaltenco, Zapotitlán, Francisco Villa, Olivos, Tezonco, Periférico Oriente, Calle 11, La Virgen, ESIME Culhuacán, Canal Nacional, Granaderos, Del Paso, Mexicaltzingo, Vía Láctea, Sur 69, Ermita, Eje Central, Parque de los Venados, Zapata, 20 de Noviembre, Insurgentes Sur y Mixcoac.

Las empresas involucradas y la reparación integral del daño


La construcción de la Línea 12 inició en julio de 2008 y estuvo a cargo de ICA-Carso-Alstom, las cuales obtuvieron el contrato para la realización de la obra civil y electromecánica, por lo que cobraría 17 mil 500 millones de pesos, en lugar de los 19,500 millones de pesos que propuso el consorcio.

A su vez, sería la empresa española CAF (Construcciones y Auxiliar de Ferrocarriles) la encargada de la elaboración de los trenes de rodadura férrea y los servicios de mantenimiento, equipamiento, refacciones y readecuación de los talleres, por un monto de mil 600 millones de dólares.

La primera advertencia de Icela la publicó a principios de 2014 en el medio Reporte Índigo en un texto titulado "Peligro en la Línea 12", que contenía un informe confidencial de expertos que advertían que la línea era insegura y no podía seguir operando. La periodista subraya que este es un fenómeno que se presenta en los metros del mundo, pero en la línea dorada era acelerado, el tren no embonaba con la vía y destrozaba los rieles:

“En el 2017 viene el gran sismo que obliga a una segunda gran revisión y ahí viene la gran sorpresa, en este año encuentran que hay falta de acero en las columnas, específicamente en la columna 96. La línea fue aventando alertas rojas, estaba advertido que se necesitaba un mantenimiento especial.”

Al día de hoy se conocen muchos hechos derivados de la tragedia, como ejemplo lo publicado por el diario español El País, quien dio a conocer los acuerdos reparatorios con las víctimas a quienes se les ha condicionado la reparación del daño siempre y cuando renuncien a demandas legales posteriores.

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El papel que Carlos Slim ha jugado en este entramado es cuanto menos peculiar, pues pese a no reconocer su responsabilidad y asegurar que la Línea 12 está bien construida, aceptó rehabilitarla y pagarles a los deudos un monto que va de 400 mil a los 6 millones de pesos.

El maltrato a las víctimas es uno de los temas más escandalosos de esta tragedia, dado que desde el día 0, cuando acuden en búsqueda de sus familiares, a la fecha ha implicado un peregrinar de autoridad en autoridad. A casi nueve meses del derrumbe el juicio ni siquiera ha comenzado.

Cuando decimos que las víctimas son invisibles no es por falta de respeto, sino porque pareciera que subyace una estrategia para que el tema no esté presente en los medios; los informes cada vez son más esporádicos, las audiencias se han pospuesto, infiere la periodista.

El costo político


Para Icela este tema le pega directamente al gobierno de la ciudad, y desde su perspectiva, lamentablemente estamos muy lejos de que los responsables rindan cuentas por este caso: “No veo a Marcelo Ebrard ni a Claudia Sheinbaum siendo alcanzados por la justicia. A casi un año de la tragedia ninguno de estos personajes se ha reunido con las víctimas ni con los deudos personalmente”.

“Durante el mandato de Ebrard el proyecto del metro sufrió ‘un gran recorte presupuestario’, por el cual se decidió que una parte de la línea en lugar de transcurrir por un túnel lo hiciera por un puente elevado, el cual sufrió el derrumbe”, nos dice la periodista sobre un tema lleno de claroscuros, al igual que la adquisición de los trenes, el cual es un tema que la fiscalía ha dejado fuera.

Sobre Mario Delgado, Lagunas afirma que es uno de los grandes responsables, ya que en el momento de la construcción fungía como secretario de finanzas de Ebrard, él sabía perfectamente dónde estaban los errores de la obra que se construyó en ese sexenio; sobre Mancera, afirma que le pueden investigar muchas cosas de su gobierno, pero, a pesar del costo político, cerró dos veces la línea, en 2014 y 2017, lo que lo ha mantenido en confrontación con Marcelo Ebrard.

No se ha podido despegar el tema de lo político. Es un hecho que el caso ha golpeado a Morena, aún sin poder afirmas si los dos principales presidenciables del partido gobernante (Sheinbaum y Ebrard) tendrán responsabilidad penal y legal en esto, sí se les ha dado un golpe político con la pérdida la mitad de las alcaldías en las Elecciones 2021 de la Ciudad de México. La consecuencia política yace ahí, un descalabro que indirectamente comparte el canciller, pues la ciudadanía no le perdona que no se haya hecho nada por las víctimas.

Pero según Icela, para Sheinbaum no pasará nada más, pues la jefa de gobierno ya sorteó sin mancha los muertos del Colegio Rébsamen.

El complot imaginario de Ebrard


Icela Lagunas ha tenido momentos de gran tensión a lo largo de su carrera. Entre otras cosas reconoce que uno de ellos se dio en los años 2013 y 2014, cuando empieza a publicar sobre los riesgos que representa la Línea 12.

En ese entonces el medio en el que trabajaba recibió muchísima presión por parte del ex jefe de gobierno. La versión oficial era que formaba parte de un complot para descarrilar la carrera política del ahora secretario de Relaciones Exteriores, nos cuenta la periodista.

La situación ha cambiado poco. En el México de la 4T los peligros en contra de comunicadores han pasado del amago al homicidio. En el caso del periodismo de investigación incómodo para la alta burocracia, no hay más que descrédito, lo que a su manera se suma a la violencia física y simbólica que sufre el gremio periodístico.

“Ahora que preparaba el libro y buscaba a todos estos personajes que tenían información de primera mano, todos me advirtieron que me iba a meter a un tema muy complicado, pues no se trata de gente que fue gobernante y ya no esté. Son ellos que están en el poder y pareciera que no se van a ir”, expresa Icela y enfatiza sobre las embestidas que día a día da el gobierno en turno en contra de las voces que no le hacen coro, que cuestionan y que exhiben actos de corrupción.

“Ellos tienen la intención de darle la espalda a cuestionamientos puntuales”, nos dice respecto de Ebrard Casaubón, quien le negó dar su parte de la historia.

Es un contexto cruento y un proceso que, nos cuenta Icela, sufre el periodismo actual; no obstante, se aferra a su ética y profesionalismo: “Son tiempos difíciles para todos los periodistas en México, pero ese es nuestro trabajo: ser incómodos, no dejar que esto pase desapercibido y, por supuesto, que ojalá que sirva para que las víctimas consigan justicia”.

El responsable de la tragedia


La tragedia de la Línea 12 es un tema que requiere tacto por sus posibles implicaciones sociales y políticas; sin embargo, rompemos el cristal de un manotazo y le preguntamos a la periodista quién cree que es el responsable del siniestro que silenció a 26 personas.

Icela esquiva cualquier juicio de autoridad u opinión y se remite a los tres dictámenes que emitió la empresa noruega DNV: “Esos dictámenes apuntan a que la tragedia, el desplome se debió a los errores de origen. ¿Qué son estos errores de origen? Pues la construcción, ¿y quién construyó? Se construyó en el sexenio de Marcelo Ebrard”.

Aunque enfática en esta respuesta, Icela no deja de lado que existe una responsabilidad compartida, pues además de la construcción hay circunstancias que refieren al mantenimiento de la obra, la cual de manera obvia quedó a cargo de los jefes de gobierno subsecuentes.

Fue un tramo elevado: el costo de la necesidad


Para Icela la expectativa era funesta, una sentencia que, como lo dice el título de su obra, estaba más que anunciada; sin embargo, la tragedia de la Línea 12 no estuvo libre de sorpresas.

Nos habla sobre le desgaste ondulatorio de las vías y del casi inminente descarrilamiento, la versión a prospectiva más citada por propios y extraños. Al final no fue esto sino el desplome de un tramo elevado, un escenario que ni siquiera Icela pudo imaginar:

“Por mucho que yo lo haya escrito y lo haya advertido, efectivamente el problema de origen empezó distinto. Nadie podía a simple vista saber si las columnas estaban mal construidas. Se veía una línea brillante, hermosa; sin embargo, era un problema profundo, interno, que después salió a la luz con este equipo especializado.

“Fue una gran impotencia pues durante muchos años el jefe de gobierno (Ebrard) y su equipo se encargaron de desestimar esta investigación y de adjudicarla a intereses políticos (…) Y cuando vez la indolencia y un mensaje en Twitter de lamento a las familias, pues no es así, son 26 que murieron.

“De ahí se desprende una desgracia en escalada porque muchos eran pilares de familia”, lamenta la comunicadora.

Icela, consciente del impacto que este evento dejó en la confianza ciudadana nos confiesa su prospectiva, un sentido de resignación por parte de los usuarios, los mismos que, tarde o temprano, se verán obligados a utilizar la línea dorada, pese al peligro latente.

“Hay una realidad demoledora que vive la ciudadanía de esta zona de la capital: el transporte público es deficiente, les lleva hasta tres horas diarias ir y venir de sus domicilios a sus puntos de trabajo, tres para venir y otras tres para regresar. Esa cotidianidad puede obligarlos a volver a subirse a la temible Línea 12”.

Y como siempre puede llover sobre mojado, la corrupción hace acto de presencia:

“Un extrabajador de ICA no hace otra cosa más que decir ‘yo trabajé en el tramo que corresponde a Mexicaltzingo, a mí me tocó como encargado un ingeniero que tenía problemas de alcoholismo. Él nos mandaba vender todo el cemento, toda la varilla por fuera. Llegaron los tiempos de entrega y no echó colado”, nos relata.

El futuro de una obra accidentada


A pregunta expresa sobre la posibilidad de que la obra sea declarada definitivamente inoperable, Icela descarta dicha idea, pues no obstante su inobjetable pesimismo, en su constante jaleo metodológico encontró algunas propuestas por parte de expertos. Una de ellas es trasladar esos trenes que no embonan en los rieles de la Línea 12 a otro transporte que resista el embate, como lo sería el Tren Suburbano.

Finalmente, Icela confía que este hecho haya calado hondo en la conciencia de las autoridades, aunque no deja de lado un muy razonable escepticismo:

“Hoy por hoy el gobierno de la Ciudad, a través de la Secretaría de Obras Públicas, trabaja en una rehabilitación profunda. Yo quiero pensar que esta vez sí lo van a dejar bien; sin embargo, ellos ya nos probaron que pesan más las intenciones políticas que la seguridad de sus gobernados”.




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