Qué tan autónoma la autonomía, se preguntan en Palacio.

La incomodidad que genera la autonomía y agenda personal del fiscal general de la República, Alejandro Gertz Manero, permea ya afuera de las paredes de Palacio Nacional.

Se comenta que desde meses atrás se pondera su eventual salida, pero prevalece la incertidumbre sobre la resistencia que presentaría esta figura clave —y peligrosa— en el sistema político mexicano.

"Cada vez es más evidente que tiene su propia agenda de revanchas políticas y hasta personales, que divergen por mucho en los intereses del presidente", dicen con notable enojo colaboradores de Palacio.

Y es que el caso de Juan Collado mostró otra vez este accionar "descontrolado" de Gertz, que genera urticaria en la principal oficina del Palacio Nacional.

Su pelea con Julio Scherer, exconsejero jurídico de la presidencia, calificado como “hermano” por el presidente López Obrador, es ya de público conocimiento. Gertz cree que Scherer está detrás de la embestida que de tiempo atrás sufre y que responde a la intención de quedarse al frente de la Fiscalía, lo que, en palabras del propio presidente, sería, ahora sí una fiscalía carnal.

Frente a ello, Gertz busca abrirle una carpeta al ex consejero jurídico: el que se lleva se aguanta, parece ser la consigna adentro de la 4T.

El reclamo en Palacio se sustenta sobre datos objetivos: la Fiscalía acaba de pedir 40 años de prisión para los abogados Araujo, González, Peimbert, Robledo y Carrancá —a quienes acusa de tener vinculos con el ex consejero jurídico—, pero al mismo tiempo dejaría libre de culpa y cargos a Juan Collado, uno de los personajes que quizás encarna los vicios que más aborrece el mandatario federal.

"Es decir —se argumenta en Palacio— beneficia a un corrupto de ese calibre solo para tomarse revanchas políticas con sus enemigos. Porque no es solo Scherer, también quiso perseguir a Santiago Nieto, a López-Gatell, a ministros de la Corte. Es el Torquemada de la 4T. Y esas cosas enfurecen a AMLO", comentan fuentes de Palacio Nacional.

Poco ayuda a Gertz en este nuevo trance la persecución total contra la familia Cuevas —a quienes acusa de haber descuidado a su fallecido hermano— y la libertad en que dejó por meses a Emilio Lozoya.

Pero, al menos, el nuevo pleito de Gertz sacó del escenario la Casa Gris, lo que cambió adentro el humor y la tensión.

Con información de La Política Online.


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