Panóptico


Rectificar

La salud del presidente es un tema que sus artes comunicacionales no han hecho más que ahondar en dudas e incredulidad.

#TheBunkerNoticias | Rectificar
Por: Luis Farias Mackey
  • 27/01/2022

Finalmente surgió algo contra lo que la magia comunicacional de López Obrador no ha podido: su salud.

Tema proscrito de la agenda nacional.

De suerte que cuando surgió todo fue marasmo.

La ausencia de una política de comunicación quedó fehacientemente manifiesta; la descoordinación obradorista brilló en todo su esplendor; el ocultamiento de la información seria, puntual y profesional es un elefante blanco dentro del Jetta que por dos días consecutivos mostró a un presidente en uniforme de béisbol. Su ejercito de periodistas a modo y Zarina de las mentiras ya ni lástima dan.

De la cama de hospital al set de televisión que es Palacio Nacional, fue llevado casi de emergencia para paliar los daños de la descoordinación entre Jesús Ramírez y Adán Augusto con la realidad y el contexto. A cuadro los desmintió a ambos con una tercera versión del evento que solo vino a ahondar el descreimiento generalizado.

Para colmo el asesinato de Lourdes Maldonado vino a desquiciar la producción narrativa planeada para la semana.

El presidente no sólo perdió credibilidad, si algo le quedaba. También toque y ponderación. Se sulfura sin provocación.

Dos veces —salvo que ayer también lo hayan hecho— lo pasearon frente a las cámaras de sus redes, saliendo en su Jetta de las mil batallas mediáticas de Palacio enfundado en uniforme beisbolista para mandar el mensaje de salud física y abandono laboral.

Desde el primer momento protestamos nuestros votos por la salud del presidente, pero el desempeño todo de su gobierno no ha hecho más que abismar las dudas sobre ella.

Y, regresando al principio, siendo ésta —la salud— un tema vedado de la conversación, su presencia silenciada y marginada, solo ha servido para afianzarla más en el inconsciente colectivo.

El tema no es menor, más cuando se le oculta. López ha sido el primero en ostentar una salud, actividad y supremacía sin parangón. Su estrategia, por llamarle de alguna manera, es una presencia permanente y apabullante; apropiación de todo tema, reducción de la realidad a su persona, polarización de banqueta y política espectáculo.

López no es solo lo único visible y posible en este gobierno, sino que lo es en un discurso performador. El discurso performador sostiene que lo que se discursa se performa (anglicismo), es decir toma forma, entidad, realidad.

Pero López no es solo un performador, sino que lo es siempre, en todo lugar, todo momento y por sobre todas las cosas —periodistas asesinados incluidos—.

Porque su performance es como la bicicleta, si se detiene cae.

Y cae sin red de protección, que sería lo que debiera ser su gabinete y no es.

Así, adentro y fuera del lopezobradorismo, el tropiezo del viernes —que esperamos sea más comunicacional que de salud— ha llamado a rebato.

Adentro se cimbran las componendas, voracidades y pactos en torno a la figura del líder carismático —en todos los sentidos explorados por Weber—. ¿Dónde y cómo se juega sin el tablero y en la ausencia del jugador que mueve las piezas en solitario? ¿Qué futuro existe sin la luz que alumbra lo que es? ¿Quién amarrara al tigre cebado en odio ciego, hambre y ofensas? ¿Qué suerte corren los testamentos en circunstancias de caos?

Afuera sobran heridos sembrados en el camino: traiciones, sadismo, resentimiento reflejo, injusticiados, ajustados en cuentas reales o ideáticas, o cuentas no pagadas. Pero también intereses afectados legítima e ilegítimamente. Y en esta mezcolanza del hambre con las ganas de comer se mezclan todo tipo de intenciones, muchas seguramente legítimas, razonables, justas. Pero otras carroñeras, contrarias a México, ávidas de poder robado o impuesto; prestas a aprovechar del desmantelamiento institucional, la impotencia hecha gobierno, el caos hecho báculo del desgobierno.

En un territorio nacional controlado regionalmente por el crimen organizado, ¿qué lectura puede tener éste de la salud presidencial, qué correspondencia?

No, no son tiempo de aparentar ir a jugar béisbol, son tiempo de rectificar.


Publicado en LFMOpinión.

#TheBúnkerMX
#LFMOpinion
#Parreshia
#Salud
#Tiempo
#Comunicacion
#Testamento
#Riesgos
#TheBunker

SIGUIENTE

Testamento


Notas Relacionadas