Espiral


Es el presidente

Ante un pueblo que les permite todo, los presidentes en México modelan su estilo personal de gobernar más por sus debilidades que por sus logros.

#TheBunkerNoticias | Es el presidente
Por: Redacción
  • 24/01/2022

GerardoConde
Colaborador
Entrelazando



Al presidente se le permite todo”, frase de mi amigo Toño Ortiz para justificar la pésima lectura del discurso del 16 de septiembre, por el presidente municipal de Teloloapan, Guerrero.

Frase que encierra la conducta pública de los presidentes del país, ya sean priistas, panistas y morenistas, su mando es el mismo.

En esa línea destacan, el presidente Luis Echeverría por su estilo egocéntrico para gobernar, con una sola mira trascender.

El punto era ser nota en los noticieros y aparecer en las ocho columnas de los diarios nacionales, dónde las imágenes hablaran por sí mismas para lograr el aplauso y la adulación como medidas métricas de éxito.

En el caso del presidente José López Portillo, su elocuencia quedó en un segundo plano para dar paso a la frivolidad como marca de gobierno y dejar que la corrupción y el nepotismo lo modelaran.

En el gobierno del presidente Miguel de la Madrid, restaurar la imagen gubernamental fue una tarea sustancial de su administración para generar credibilidad a favor de las instituciones públicas.

Sin embargo, el terremoto del 85 lo puso contra la pared por su inmovilidad para atender a los damnificados y la lucha por la definición del país en el 88 dio lugar a la configuración de la “Corriente Democrática” y a la división del PRI.

Al presidente Carlos Salinas de Gortari lo distinguieron sus andanzas de modernidad.

Al final, la realidad lo alcanzó.

El primero de enero del 94 el ejército zapatista ensombrece su política comercial de poner al día al país.

Y a partir del 23 de marzo de ese mismo año se eclipsa de rojo el México de la modernidad por los fratricidios de Colosio y Ruiz Massieu.

En el caso de Ernesto Zedillo su estilo sobrio y su distancia con la nomenclatura priista puso en jaque a su gobierno, como resultado del “error de diciembre” que dejó a la deriva las finanzas del país.

A partir de ese descalabro, Zedillo utilizó como escudo y argumento los 17 millones de votos que respaldaron su triunfo electoral para imponer su esquema de gobierno: una sana distancia con el PRI, encarcelar al hermano del expresidente Salinas y dar lugar a la alternancia.

A Vicente Fox su estilo brabucón y dicharachero como candidato presidencial ya no lo ayudó en su papel de presidente, su administración se topó con pared, al no tener el oficio político para darle su sello de “cambio”, al final prefirió utilizar el criterio de: “dejar hacer, dejar pasar”, para concluir su gestión.

Para Fox, lo más significativo de su gobierno fue sacar al PRI de Los Pinos y llenar los espacios mediáticos de ocurrencias propias que le dieran la nota periodística.

Felipe Calderón no tuvo empacho de compartir el poder con los priistas, para salir airoso en su administración.

Aunque su talón de Aquiles fue su lucha contra el crimen organizado, dejándolo con más censuras que reconocimientos.

Con Enrique Peña Nieto la añoranza por la modernidad se hizo presente en las reformas estructurales pero su impacto se desdibujó con la apertura de la corrupción de manera discrecional.

El tema de la “Casa Blanca” y su mal manejo lo desnudaron.

Con la llegada de Andrés Manuel López Obrador a la presidencia de la República arribaron también, nuevamente, las mañaneras como estilo de gobierno para marcar línea, desacreditar, exhibir, purificarse y señalar que él tiene otros datos.

Además de las mañaneras, las giras a las entidades del país son su mejor vehículo para mantener el “contacto” con el pueblo sabio y sostener una convivencia directa con él que abone a refrendar una empatía entre ambos actores.

Este doble juego de AMLO lo hace un personaje carismático y le da un nicho de “endiosado”, por ser el personaje que ve y defiende al pueblo sabio.

A tres años de administración la frase de mi amigo Toño Ortiz tiene relevancia: es el presidente.

Las formas en que se apoyan los presidentes para ejercer su gobierno, los hacen únicos; unos más soberbios que otros, pero al final del camino se impone su visión y su estilo.

Porque, como diría mi amigo Toño Ortiz: “Al presidente, se le permite todo”, para bien o para mal.

E-mail: conde_consultor@live.com.mx


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