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¿Nuevo, de segunda mano o reacondicionado?

Para vender un smartphone como reacondicionado, debe pasar por un proceso de pruebas a fin de determinar que su funcionamiento es correcto y se encuentra en las condiciones idóneas.

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Por: Redacción
  • 03/01/2022

Para muchos, el fin de año es la oportunidad perfecta para renovar el equipo de telefonía celular si es que no se ha hecho por Navidad, Black Friday o Cybermonday, que son oportunidades para encontrar precio y calidad en las propuestas de los equipos, aunque comprarlo de segunda mano o reacondicionados sigue siendo una opción.

Para muchos estos términos no son muy conocidos o no son opciones viables ante la gama de descuentos por equipos totalmente nuevos que ofrecen las marcas. No obstante, para muchos es la oportunidad de adquirir un teléfono celular de alta gama a precio accesible.

En la actualidad es muy común comprar tabletas, teléfonos o portátiles reacondicionados en establecimientos que ofrecen precio y garantía; sin embargo, muchos consumidores creen que es lo mismo un aparato reacondicionado que uno de segunda mano.

Hagamos un paréntesis. Un producto nuevo es aquel que nunca ha sido abierto, se encuentra en su embalaje original desde que salió de la fábrica y fue puesto a la venta por un establecimiento o distribuidor. Es el usuario quien se encarga de desprecintarlo y darle uso.

Si dicho gadget no cumple las expectativas del consumidor este puede ser devuelto al establecimiento dentro del los 30 días posteriores a la compra; estos equipos de poco uso y depreciados son puestos a la venta de nuevo por los establecimientos y podrían ser considerados reacondicionados o bien de segunda mano.

Reacondicionados


El equipo reacondicionado debe pasar por un proceso de pruebas donde técnicos y profesionales especializados en tecnología se encargan de poner a punto el dispositivo, como por ejemplo, un teléfono móvil a fin de determinar que su funcionamiento es correcto y se encuentra en las condiciones idóneas.

La gran mayoría de reacondicionados son los 'smartphones' de exposición o muestras comerciales, que se han utilizado únicamente para que el consumidor conozca sus funciones.

Tanto el dispositivo como sus accesorios (auriculares, cables USB, cargadores, etc.) pasan por un proceso de limpieza profunda tanto hardware como software se limpian para dar la sensación de ser nuevos, se borran los archivos y se devuelve a su configuración original.

La intención de reacondicionar un dispositivo es que parezca que no ha sido utilizado nunca, para ello los especialistas no sólo revisan la estética, aunque si es necesario se procede al cambio de la pantalla en el caso de que esté dañada o la carcasa, el tema medular es el funcionamiento del procesador, duración de la batería, estado del centro de carga.

Justo aquí es donde radica la diferencia entre los dos conceptos que explican por qué existen algunos productos reacondicionados y otros que únicamente se pueden adquirir de segunda mano.

Debido a que la tecnología está en constante evolución, en ocasiones es muy difícil reacondicionar un teléfono móvil más antiguo ante la falta de componentes, por lo que se suelen vender de segunda mano. Es decir, sin pasar por ese proceso de reacondicionamiento.

Una vez puesto a punto, con la reparación de partes dañadas o el reemplazo de algunas piezas, se someten a pruebas posteriores para determinar si funcionan correctamente.

Los aparatos quedan casi como nuevos estéticamente hablando, han sido revisados a detalle por lo que en definitiva se convierte en una gran opción a lo que se le suma incluir un periodo de garantía que puede ser reclamado al servicio técnico y el vendedor tiene la obligación de repararlo de forma gratuita siempre que esté dentro del plazo.

Un dispositivo reacondicionado ofrece precio, calidad y garantía muy parecida a la de un equipo totalmente nuevo.

A diferencia de los dispositivos de segunda mano, son equipos que han sido utilizados previamente hasta el momento en el que los compradores deciden venderlo, normalmente a un precio inferior.

Hay establecimientos especializados en la compraventa de dispositivos usados, que no pasan mayor revisión tecnológica, este debe funcionar correctamente, pero no tiene por qué presentar el aspecto que tendría un equipo salido de fábrica, es decir, no se someten a pruebas de funcionamiento ni se les cambian los componentes que presenten daños, tampoco su batería. Se venden a un precio inferior que los reacondicionados, pero no ofrecen garantía entre particulares.

Ante la escasez de tecnología derivada de la crisis de componentes actual, los dispositivos reacondicionados se han convertido en una alternativa interesante para muchos usuarios.

Apple, por ejemplo, es una de las marcas que ha tomado la decisión de vender versiones renovadas de sus propios productos. Entre los productos que certifica como tal se encuentran el iPad Pro, el iPhone 11 Pro o el MacBook Air.

En su página web explican cómo adquirirlos, se pueden financiar, están como nuevos y presentan una garantía de un año, así como el compromiso de Apple para productos restaurados o certificados.

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