Ali Carrera
Colaboradora invitada

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Qué mejor que esta magnífica obra del famoso pintor Doménikos Theotokópoulos, mejor conocido como El Greco (1541-1614), para abordar uno de los elementos básicos más importantes en el mundo del arte: el color pues de él se desprenden a su vez otros importantes elementos como son los contrastes, matices, el valor y la saturación, entre otros, que sirven mucho a la hora de analizar y gozar una obra.

Los contrastes, por ejemplo, se pueden generar de varias maneras a través del color: una es cuando el artista pinta un color claro junto a un oscuro para crear lo que se conoce como claroscuro y que aquí se aprecia claramente en la parte superior de la pintura donde el artista contrasta blanco y amarillo junto a negro, gris y café para crear el acento visual y llevar así la mirada del espectador a la parte vital de la obra, que es la paloma y lo que ésta simboliza.

Otra manera de crear contrastes es colocar un color primario (azul, rojo o amarillo) junto a su complementario (resultado de la mezcla de los otros dos colores primarios) lo que se aprecia en las vestimentas, tanto de los dos hombres en primer plano, como los de arriba de ellos a la izquierda con el uso del azul junto a su complementario naranja (mezcla de rojo y amarillo), del rojo junto a su complementario verde (mezcla de amarillo y azul), y con el amarillo junto a su complementario morado (mezcla de azul y rojo).

Otro elemento relevante derivado del color son los matices que reconocemos cuando vemos en una pintura diferentes tonos de un mismo color, muchas veces utilizados para crear texturas como lo apreciamos en los pliegues de los ropajes.


El Greco, Pentecostés, 1600.


El valor es otro elemento importante creado por el color y lo distinguimos al observar qué tan luminoso u opaco es; es decir, qué tanta luz refleja o absorbe; y la saturación que se refiere a qué tan cerca o lejos está un color de su color puro primario, en otras palabras, depende de lo mezclado que esté un color para tener más o menos brillo y, por lo tanto, pureza. Un buen ejemplo de obras cuya principal característica es la saturación del color son las de la corriente del fauvismo.


André Derain, Paisaje de Chatou, 1904

Los colores también permiten analizar una obra desde un punto de vista simbólico, dependiendo de lo que cada color signifique para el artista como también para el espectador. Wassily Kandinsky señalaba que cada color tiene su propio poder expresivo y que, por ello, cada uno posee sentimientos o aspectos espirituales en sí mismo.

Como vemos, las combinaciones de los colores son infinitas, como infinitas son sus posibilidades.

Si te interesa conocer más de este fascinante tema te invito a leer la obra de Johannes Itten: El arte del color
Publicado originalmente en LFMOpinión.

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