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Rebelión judicial y marrullerías

Todo parece indicar que Arturo Zaldívar apuesta a arrastrar a los ministros a la moda de generar ruido innecesario para silenciar la discusión de fondo.

#TheBunkerNoticias | Rebelión judicial y marrullerías
Por: Redacción
  • 08/06/2021

Arturo Zaldívar llegó de panzaso en una tercera ronda de votación entre sus pares.

Algo le sabían para recelar entregarle entusiastamente y hasta en dos ocasiones su apoyo.

Ya en la presidencia de la Corte, además de ostentar su cercanía con el titular del poder Ejecutivo federal y ser compañero asiduo de café del Consejero Jurídico de la presidencia, Julio Scherer; Zaldívar se ha distinguido por polarizar la judicatura en una división tan clara como el hoy mapa electoral de las alcaldias en la Ciudad de México.

Su mandato no es dúctil, caballeroso ni sutil; su mano, dicen quienes la sufren, es tirana y de doble cara.

En el poder Judicial de la Federación hay enojo y desconfianza.

Jueces y Magistrados han sido despedidos, exhibidos y violentados en sus derechos al por mayor, en el Consejo de la Judicatura se acumulan procedimientos en defensa de juzgadores que no han sido genuflectos.

Los comunicados, públicos y privados, también se acumulan en el primer escritorio de la Corte. La Asociación Nacional de Magistrados de Circuito y Jueces de Distrito del Poder Judicial de la Federación (JUFED) le ha pedido cordura, justicia, respeto para jueces y magistrados, destituidos por intrigas, rumores, abierta animadversión o simple y puro control, cooptación de espacios o demostración de fuerza.

De suerte que no soprende el comunicado circulado ayer por la tarde por dicha asociación, en la que se integran todos y cada uno de los juzgadores federales del país relativo. Comunicado que aborda la prórroga de la presidencia de Zaldívar en la Corte y en el Consejo de la Judicatura Federal.

“Esta Asociación no puede dejar de expresar su profunda preocupación por la persistencia de los legisladores en no modificar el artículo decimotercero transitorio, incluido de manera sorpresiva e inconstitucional por la mayoría en la Cámara de Senadores, durante el trámite legislativo, que prolonga por dos años más la duración de los encargos del Ministro Presidente y de los demás consejeros de la Judicatura Federal, violando expresamente lo ordenado por los artículos 97 y 100 de la Constitución”.

La reforma, sostiene la JUDEF, es un “acto de injerencia de un Poder a otro”, introducido sin el conocimiento y, por tanto, sin la valoración del Grupo de Trabajo de la propia JUDEF, razón más que suficiente, sostiene su comunicado, para que sea invalidada en lo tocante a dicha prórroga en garantía y respeto de la división de poderes, la democracia y la propia República.

Para la JUDEF no cabe duda que la Corte “actuando a la altura de nuestra democracia y las aspiraciones de los mexicanos, corregirá dicho acto”.

Por su parte, hoy muy temprano, el Ministro Presidente, Arturo Zaldívar, publicó un comunicado de prensa en el que refiere que introducción en la reforma de la prórroga de su mandato frente a la Corte, “ha generado un ambiente de desconfianza que injustamente pone en entredicho la labor cotidiana de toda la judicatura y que siembra dudas sobre la independencia juidicial y la división de poderes”.

Frente a ello, explica que guardó silencio por respeto a los tiempos y cauces instritucionales, léase la publicación formal de dicha reforma y su entrada en vigor. Pero una vez que fue publicada y a fin de no prolongar “la incertidumbre que daña la legitimidad del Poder Judicial Federal, se hace necesario buscar una salida inmediata que permita retomar el foco en la implementación de la reforma”, es decir, en sus partes sustanciales y por todos bien ponderadas, a excepción del pegote introducido subrepticiamente por un anodino senador del Verde Ecologista.

Atento a ello, Zaldívar anuncia que presentará al popio pleno de la Corte una consulta extraordinaria sobre la manera en el que Poder Judicial Federal debe proceder en relación con la prórroga.

Reacciones recogidas por The Búnker entre la Asociación de Magistrados y Jueces, y la propia Corte, indican la contradicción en que incurre el Ministro Zaldívar al aducir la prudencia de haber esperado los tiempos y cauces institucionales, para entonces expresarse sobre la prórroga de su mandato y, ahora, invocar inmediatez, para no prolongar más la incertidumbre, una consulta extraordinaria de cómo proceder en relación a ella.

La única forma cómo puede proceder cualquier juzgador no amerita consulta alguna, la marca la Constitución: el debido proceso de ley.

Para las fuentes consultadas, procede esperar a que se presenten, en su caso, controversias contra el artículo tercero transitorio de las reformas a la Ley Orgánica del Poder Judicial de la Federación, publicada ayer, y resolver por la vía jurisdiccional, es decir, diciendo a quién le corresponde el derecho sobre el caso concreto, no por la vía de consultas extraordinarias.

Resulta sorprendente, cuando menos, sostienen voces dentro de la judicatura, que el Ministro Presidente alegue inmediatez para atender este caso, cuando en la Corte duermen el sueño de los justos infinidad de controversias constitucionales sin resolver. Y más aún, que proponga una consulta, cuando el trabajo del juzgador no es consultar pareceres, sino aplicar la ley.

Por otro lado, la consulta parece un intento de darle la vuelta por la democracia directa, en una especia de consulta popular entre ministros, a la función de dictar el derecho sobre controversias concretas que se presenten a juicio.

Los riesgos, señalan, son dos, que los ministros afines a López Obrador induzcan una mayoría consultada, o bien, que los ministros que no ven bien la prórroga de Zaldívar, expresen su parecer y queden por ello impedidos para conocer y resolver sobre el tema una vez que llegue en vía controversial a la Corte.

Todo parece indicar, sostienen las fuentes consultadas, que Zaldívar apuesta a arrastrar a los ministros a la moda de generar ruido innecesario que silencie la discusión de fondo y extravíe la conversación pública en escándalos y estridencias.

En consonancia con sus primeras declaraciones sobre el tema, Zaldívar debió confirmar que por mandato de ley y ante la posibilidad de que el tema llegue para conocimiento y resolución a la Corte, está impedido de pronunciarse sobre él, o bien adelantar que, por ser parte interesada, si bien colocado allí por terceras manos (los legisladores), se excusaba desde ahora de conocer sobre el asunto, dejando a los demás ministros, en su caso, resolver al respecto.

Se equivocó Zaldívar, concluyen los entrevistados. Debió apostar por el debido proceso y al estricto derecho, no por consultas sin fundamento ni debida motivación.


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