Nos acercamos al dí­a de la elección, la "jornada electoral" le llama la legislación, inmersos en una violencia homicida desbordada y sin control.

En promedio, en los primeros cuatro meses de este año han muerto cada dí­a 97 hombres y mujeres por homicidio. En total, suman 11 mil 595 las personas que perdieron la vida por homicidio doloso o feminicidio.

A nivel general, los tres primeros meses de este año han sido los más violentos de los que se tenga registro en México y con 2 mil 944 homicidios dolosos, marzo del 2021 se coloca como el mes más violento en lo que corre del año.

La violencia, por si fuera poco, ha escalado hasta filtrarse al corazón mismo de las elecciones. Según datos de Integralia, al 20 de mayo habí­an sido asesinados 27 candidatos y se contaban 169 ataques con 143 consecuencias fatales por violencia relacionada con las elecciones, contando candidatos y ciudadanos.

Casos como el del candidato a la alcaldí­a de Cajeme, Abel Murrieta, llaman la atención, no sólo por tratarse de un polí­tico en actividades proselitistas o por haber sido un exfuncionario de seguridad del estado, sino por la crueldad, la saña (recibió 10 disparos directos) y el marco de impunidad y descaro que envuelve al crimen (el ataque fue a plena luz del dí­a).

Otros igual de sangrientos no han recibido la atención mediática, pero comienzan a normalizarse en portales de noticias por su periodicidad. Por lo tanto, algunos contendientes a diversos cargos públicos han optado por suspender eventos públicos o por renunciar a sus candidaturas para salvaguardarse.

De acuerdo con representantes de prácticamente todos los partidos polí­ticos, algunos de los puntos álgidos de violencia y amenazas se concentran en los estados de Sonora, Michoacán, Chihuahua, San Luis Potosí­, Oaxaca, Guerrero, Sinaloa, Guanajuato, Puebla, Estado de México y Veracruz, destacando a este último con más de 30 municipios clasificados como crí­ticos.

Además, se han reportado casos de partidos que ni siquiera se atrevieron a postular a candidato alguno o que han dejado de hacer campaña por no haber condiciones de seguridad y paz que les garanticen la vida. Tal es el caso de PAN-PRI-PRD en el sur del Estado de México después del amago y "levantón" que grupos criminales dieron a la candidata de la coalición ‘Va por el Estado de México’ a la alcaldí­a de Valle de Bravo, Zudikey Rodrí­guez.

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Aunque este caso en particular ha sido califico por el presidente del Consejo Estatal de Morena, Maurilio Hernández González, como un "montaje desesperado" , lo cierto es que candidatos de todos los partidos polí­ticos punteros en la entidad mexiquense han denunciado que no hay condiciones de seguridad en por lo menos 10 demarcaciones.

Todas estas circunstancias no son las mejores para unas elecciones tan polarizadas como las que presenciamos.

La estrategia para proteger candidatos no ha sido del todo efectiva, a grado tal que la Secretaria de Gobernación, Olga Sánchez Cordero, ha admitido que la mayorí­a de los candidatos muertos no solicitaron protección, como si el derecho a la seguridad fuese a petición de parte.

Homicidios en México: siniestro panorama nacional

La violencia parece no responder a los programas sociales del gobierno ni al despliegue y reforzamiento de la Guardia Nacional.

Si bien los números reportan una ligera desaceleración del ritmo homicida, no ha alcanzado para reducirlo significativamente.

Datos del propio secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP), 2 mil 857 homicidios y feminicidios se contabilizaron en abril, cifra menor a la de marzo sin que por ello se altere el promedio diario, si consideramos que entre uno y otro medí­a un dí­a de diferencia.

Del total de homicidios y feminicidios del primer cuatrimestre, 11 mil 595; 9 mil 972 eran del sexo masculino y 1 mil 251 mujeres. A ello se suman 372 cadáveres de los que no se ha podido definir su sexo por haber sido encontrados en fosas clandestinas.

Ahora bien, de las mil 251 mujeres, el 25% (318 casos) fueron clasificados como posibles feminicidios.

En México son asesinadas en promedio entre 10 y 11 mujeres diariamente, según la contabilidad de este 2021. Poco sirve para ellas que este promedio sea ligeramente inferior al primer cuatrimestre del 2020.

Si cruzamos las cifras totales de homicidios dolosos y feminicidios de los primeros cuatro meses del 2021 con los de 2015 el resultado es que en seis años duplicamos el í­ndice de homicidios.

Estos son los datos de homicidios dolosos y feminicidios los primeros cuatrimestres de los últimos seis años: 2015, 5 mil 695; 2016, 6 mil 705; 2017, 8 mil 844; 2018, 10 mil 869; 2019, 11 mil 599; 2020, 12 mil 66; y 2021, 11 mil 595.

Pero la muerte no discrimina por edades, pues del total de personas asesinadas de enero a abril de este año, 386 (3.32%) fueron menores de edad.

Y si bien con relación al primer cuatrimestre del año pasado el monto total fue inferior en 471 asesinatos dolosos, en 13 entidades federativas los asesinatos acusaron incrementos.

Zacatecas es el más alarmante en sus cifras con 502 asesinatos, 4.32% del total nacional, pero 80% superior a los asesinatos en Zacatecas el mismo periodo del 2020 (275 homicidios).

San Luis Potosí­ y Nayarit empatan en 50% de más homicidios con sus cifras del año pasado, Baja California Sur reporta un incremento del 44%, mientras que Sonora le sigue con un 41.1% de más: 467 en 2020, 659 en 2021.

Regresando a la pení­nsula, el caso de Baja California, considerando números absolutos, tuvo 1 mil 68 asesinatos de enero abril de este año, la cifra más abultada de todo México que implicó, además, un incremento de 905 asesinatos más que en el mismo periodo del 2020.

Finalmente, con cifras menores, pero no por ello no preocupantes, siguen Campeche, Chapas, Morelos, Nuevo León, Querétaro y Yucatán. Resalta Yucatán que se habí­a distinguido por bajos í­ndices de violencia.

Pero en violencia no todo es homicidio, los delitos sexuales (violación, acoso, abuso) también reportan altas. Pasando de 18 mil 422 denuncias de enero a abril del 2020, a 22 mil 122, 20% de incremento.

La trata pasó en los mismos periodos medidos, de 195 a 261 (34%).

El delito de lesiones dolosas creció de 53 mil 992 a 55 mil 974 (3.6%).

Así­ nos acercamos al 6 de junio, deseando que los caminos de la violencia y la democracia no se crucen ni se mezclen.


Con información de Animal Polí­tico, Reforma, El Universal y BBC.

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